lunes, 21 de enero de 2008

Nokia en Bochum y el tema de los subsidios


Queridos amigos, después de lo ocurrido la semana pasada en Bochum, ver Nokia en Alemania: relocalización de Bochum a Rumania y Hungría (sí ya sé que el título es muy largo, y eso que no puse, en el él, que también se va a Finlandia) la discusión acerca de las subvenciones ha adquirido cierta relevancia, al menos en algunos círculos.

Sistematizo:

1) hay subsidios directos (a la empresa en sí) e indirectos (como serían aquellos en infraestrcutura).

2) si todos los países o todas las regiones ofrecen subsidios, entonces,

2) a) están todos en igualdad de condiciones para competir y deben sobresalir por otros factores;

2) b) o bien, compiten por el monto de los subsidios.

3) También puede ocurrir que las empresas relocalicen para "cazar" los nuevos subsidios, ya que éstos, son limitados en el tiempo (como el de la Nokia, a cinco años que antes llegaba a 10 años, fue reducido el plazo a instancias del grupo de los partidos demócrata cristianos en el parlamento europeo);

4) en un mercado libre como debe ser Europa, no tiene sentido impedir que una empresa relocalice hacia otro país de la Unión Europea;

5) los subsidios son caros y convendría mucho más, acabar del todo con ellos, porque los pagamos todos los contribuyentes;

5) a) entre paréntesis, se calcula que, en Alemania, de acabarse con los subsidios (lo que no puede tener lugar mientras existan en otros países), el dinero podría invertirse en bajar de tal modo los costos de la mano de obra que se llegaría a precios competitivos;

6) a mi modo de ver, el objeto de los subsidios directos no es, en primera línea, crear puestos de trabajo (88 millones para dos mil empleos de la Nokia en Bochum es una gran desproporción), sino gozar de los millonarios impuestos que pagan las mismas empresas subsidiadas.

7) con millonarios subsidios como el de la Nokia, se quita dinero a los empresarios medianos y se los dieron a una gran empresa que no tenía problema económico alguno.

Ahora bien, en concreto, sobre el caso de la Nokia en Bochum, me parece naiv (por no decir ridículo) que algunos políticos, como (socialcristiano) Seehofer hayan tirado su teléfono Nokia a la basura... O que otros como nuestro ministro-presidente Rüttgers (democristiano) haya advertido que los consumidores no comprarán más Nokia.

Oh, si es por eso, tampoco compraríamos más teléfonos BenQ, ni Motorola, sino que esperaríamos que la Telefunken o la Saba (¿existirán aún?) o la Bose, que sí sé que existe, pero es carísima, esperaríamos a que estas fábricas alemanas produzcan, en Alemania, teléfonos portátiles. Y tendríamos que persuadirnos que todas sus piezas son made in Germany.

En ese caso, creo que sería más fácil cerrar las fronteras e intentar volver a la autarquía. Tal vez con una estretegia como la de la llamada sustitución de importaciones que tan poco éxito ha tenido en el pasado en otras latitudes.

Claro que los consumidores alemanes continuarán comprando teléfonos Nokia. Lo que pasa es que el mercado de teléfonos móviles alemán está saturado y el mercado para venderlos actualmente está en África y en el Este de Europa, por eso, a la Nokia le convenía irse a una de estas regiones.


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