martes, 29 de abril de 2008

Josef Fritzl en Tailandia


Este es el titular de Bild, de hoy (la foto es mía). Aparece una foto de Josef Fritzl en... Tailandia!!! durante sus vacaciones.

Nos podríamos preguntar quién se encargó de darles alimentos a su hija y a sus hijos-nietos, mientras él posaba desnudo, pero cubierto sólo por una sábana, en Tailandia...

Puede ser que yo sea muy bienpensada o, como me dijo uno de los pistoleros argentinos, alguna vez, "una progresista bienpensante". Por eso, generalmente cuando alguna amiga mía sonríe desconfiadamente al escuchar que un hombre ha ido a Tailandia de vacaciones, le digo que exagera, que no se puede pensar siempre que los hombres que se van de vacaciones a Tailandia son... Pero ahora... creo que mis amogas tienen razón... El artículo de Bild, con la foto, está aquí, en este link

Estaba pensando en la entrevista que traduje en mi blog anterior al director del Instituto de Ciencia Sexual, un hombre que viene de la misma Escuela de Frankfurt y que, por lo tanto, no es sospechoso de ñoñería. El original: Sexo en Alemania: la asexualidad y la objetofilia - Entrevista a Volkmar Sigusch

Cito (las negritas son mías y se refieren al tema de hoy):

... de gran interés esta entrevista Ende der Aufklärung con Volkmar Sigusch, director del Frankfurter Institut für Sexualwissenschaft = Instituto de Ciencia Sexual de Frankfurt (esta es la traducción literal, le llamaría correctamente en castellano de ciencias de la sexualidad o algo así), que quiero hoy día comentar (¡las entrevistas en la prensa alemana están muy buenas este último tiempo!)

En la primera parte de la entrevista, Sigusch, quiene dirige el Instituto desde 1973 señala que, en los años '70, el problema era el de las mujeres anorgásmicas, esto es, que no tenían orgasmo (...). Una vez dado a conocer el problema, llegaban al Instituto 150 mujeres al día que pedían ayuda médica (el Instituto está adosado a la Clínica universitaria de Frankfurt).

En esos mismo años, llegaban también hombres jóvenes que no eyaculaban, pese a estar totalmente sanos. Sanos, físicamente agregaría yo.

En los años '80, continúa Sigusch, acudían al Instituto los hombres sin ganas, los lustlose Männer, en otras palabras, sin deseo sexual alguno.

En los '90, llegaron los que él llama Asexuellen = asexuales y explica que son hombres y mujeres que carecen de toda sensibilidad sexual; ninguna necesidad, nada, agrega Sigusch. Cuenta que, entretanto, este grupo ya está organizado en internet.

Y, desde hace poco llegan personas que él denomina objetófilos = Objektophilen. Explica científicamente que se trata de personas que se enamoran de objetos (muertos, con esto quiere decir en alemán que se trata de objetos sin vida). Se enamoran, por ejm., de un edificio o de un ferry y experimentan hacia estos objetos sin vida todos los sentimientos propios del amor. Como médico, dice que lo considera muy interesante. No sé si esto lo dirá en serio o con una fina ironía.

A continuación, hace ver que, de acuerdo a Freud, eran las represiones = Verdrängung, las culpables de todos los conflictos. Pero hoy en día no hay más represión y, en Alemania, el sexo es omnipresente. No es un tabú ser homosexual, ni tampoco vivir en una comuna (se refiere a las comunas con sexo entre todos).

Las revistas femeninas -continúa este discipulo de los grandes de la Escuela de Frankfurt- están llenas de artículos sobre cómo ser infiel, cómo autocomplacerse y sobre sexo anal. Y afirma: hoy todos pueden tener tanto sexo como quieran y en la forma que quieran. ¿O no es así? se pregunta.

Sigusch dice que, paradojalmente no es así, ¿por qué? Por una parte, estamos sobre-rodeados de estímulos sexuales, sobreestimulados si dejamos de lado la fuerza de la traducción literal. Pero por la otra, experimentamos una falta de deseo muy grande (= große Lustlosigkeit). Muchas personas están terriblemente solas. Podemos tener tanto sexo como queramos, pero no lo tenemos. De acuerdo a las cifras de colegas amigos (se refiere a los médicos), el 95% del sexo (yo hablaría de relaciones sexuales) se realiza en uniones estables. Y sólo el 5% entre los singles.

Personalmente pienso que, entre los adolescentes, las cifras deben ser algo diferentes, porque me parece que son los mismos padres y profesores quienes, con la mejor intención pero sin pensarlo mucho, impulsan los niños a tener relaciones; pero esta sería materia para otro artículo y en esta ocasión, me gustaría limitarme a comentar las palabras del profesor Sigusch, quien estudió en Frankfurt nada menos que con Adorno y Horckheimer.

En mi blog anterior hay un sinnúmero de estupendos artículos sobre estos filósofos y pensadores alemanes escritos por Marisa Mosto, especialista en la Escuela de Frankfurt. Ver La disolución de las identidades en la cultura contemporánea - Índice y T.W. Adorno- S. Beckett: Fin de partida - Índice (hay un artículo más, pero no he hecho el índice, lo siento).

(...).

Agrega que la soledad terrible, la "ungeheure Einsamkeit" del hombre de hoy -delimita sus palabras a Europa occidental y a los Estados Unidos- se considera como un fracaso privado, un privates Versagen, del hombre que, tal vez pueda tener éxito profesional, pero que ha fracasado rotundamente en la esfera privada, personal, podríamos llamarle en castellano. Claro, es un poco el problema de la falta absoluta de inteligencia emocional de muchos de nuestros contemporáneos.

Contra ello, la industria se organiza y ofrece ayudas: libros y películas, bolsas de relaciones de pareja (Partnerschaftsbörsen se llaman, los afiches de Neu.de, nos aguardan en cada esquina y apenas envío un mail por gmx, aparece la cara de un chico o chica que quierde conocer a alguien) aparatos o mecanismos de masturbación cada vez más refinados (son las palabras de Sigusch), incluso por teléfono o en internet.

A eso mismo, atribuye que su instituto se cierre próximamente (en los próximos años): a que un instituto así, no puede dar la ayuda que las personas hallan más rápidamente en otros lugares. Después de todo, no fue su instituto el que creó el viagra, sino la industria farmacéutica. Así termina esta interesante -y a la vez triste- entrevista.



1 comentario:

Unknown dijo...
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