martes, 9 de agosto de 2011

El poder de la palabra o de las palabras

A propósito del post de nuestro querido Hugo, PÁNCO EN LOS MERCADOS: TODO POR UNA PALABRA..., me acordé de tres frases que han cambiado al mundo durante las últimas... dos o tres (pero sobre todo en la última) semana(s):

Primero la de Tremonti en el parlamento italiano (creo que fue ahí, en su momento, me temo que muchos de nosotros recurrimos al mecanismo psicoanalítico de la represión, para no captar todo terrible su alcance...

"Nos encontramos en el Titanic y ni siquiera los pasajeros de la primera clase podrán ser rescatados".

Luego, Berlusconi, en entrevista en un diario, inmediatamente después de que Tremonti (por si no lo saben, es su ministro de hacienda) anunciara su plan de ahorrar, dado el enorme endeudamiento italiano: "Tremonti cree que lo sabe todo, pero es un cretino".


Barroso envía la famosa carta (a escasas dos semanas de haberse acordado el segundo paquete de ayuda para Grecia): en que sostiene que hay que agrandar el paraguas, para que quepan Italia y Espana... PLOP! Ver Crash).

Más de Berlusconi, en el Parlamento italiano, la semana pasada (sin cremillas, porque no es una sola cita, sino el argumento de todo su discurso, hay que considerar que él y los otros italianos querían irse de vacaciones): la crisis, qué crisis? crisisdel mundo, no de Italia, ya verán cómo superamos todo sin hacer nada...

Entre tanto, en los EEUU, Obama y Cía. se apresuran a sostener que ellos aún son grandes y que lograrán salir de la crisis... Los demócratas (y la izquierda norteamericana, en general), siempre piensan que todo es "coyuntural" y que la coyuntura exige más gasto = más deuda; yo pienso que el problema gringo es "estructural" y que lo peor que pueden hacer (estoy de acuerdo con las agencias de rating) es seguir endeudándose. Ahorrar no sólo debería ser la premisa de los tea party, debería ser la premisa de todos en los EEUU.

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