Entre la ultraderecha xenófoba alemana, está de moda llamar a formar Bürgerwehren, esto es, grupos de defensa vecinal. O no vecinal. Han aparecido grupos en las ciudades, formados por neonazis, cuyo objetivo es golpear a quienes ellos consideran que se ven como extranjeros. (O que ellos creen que son extranjeros). Para proteger a las mujeres alemanas, a sus mujeres, dicen, en ese arcaico lenguaje propio de gente de escasas luces.
Pues bien, el abogado de Euskirchen Heinrich Schmitz, publicó en Die Kolumnisten, un artículo titulado
Vorsicht, Bürgerwehr! = Cuidado, milicia vigilante! En él, el penalista explica los aspectos jurídicos del tema.
Parte por hacernos ver que, como en todo estado de derecho y nación civilizada -diría yo- el monopolio de la fuerza lo tiene el estado. Lo que está consagrado en la Ley Fundamental (la constitución alemana se llama así, por si alguien no lo sabe). (Art. 20).
Por buenas razones, a la policía está reservado el monopolio del uso de la fuerza. Si un policía estuviera en todas partes y vigilara a todos los ciudadanos, no habría delitos. Sin embargo, esta es una visión, más bien de película de terror, pienso yo. Y significaría el fin de la sociedad libre, dice Schmitz.
Con respecto a los delitos sexuales -es la Noche de Ano Nuevo en Colonia lo que ha llevado a la formación de "grupos de vigilancia"-, éstos se cometen, en su mayoría, en los hogares, en el seno de la familia o del grupo más cercano. Pero no por eso, podemos exigir un policía -o un vigilante- en cada casa. Tampoco cámaras de vigilancia que no socorren a la víctima, sino sólo la filman.
Lo contrario de un exceso de presencia policial es la falta de ella, dice Schmitz, con razón. Y eso que en las grandes ciudades hay policías. En las zonas rurales, la policía tarda mucho en llegar. Esto me consta... Y no sólo la policía, también la ambulancia...
Es por ello que, en pueblos apartados, es bueno que los vecinos se organicen y que abran los ojos. Un poco de aire puro que se respire al salir a la calle no le hace mal a nadie, dice el abogado. Pienso lo mismo. En mi misma calle, estamos (estoy) atenta a cada persona extrana que se ve rondar... Y les aseguro que hay bastantes.
Sin embargo, estos vecinos alerta no pueden arrogarse facultades propias de la policía. De la policía que ejerce el monopolio estatal de la fuerza. Para participar en uno de estos grupos, hay que fijarse en los siguientes puntos:
1) Estos grupos NO pueden estar armados. El delito de formación de un grupo armado es un delito castigado con hasta dos anos de cárcel, de acuerdo al § 127 StGB, esto es, al art. 127 del Código penal alemán. La ley habla de armas u otros instrumentos peligrosos, de quien se una a este grupo, lo o lo apoye con dinero (lo financie o consiga dinero para él) o con armas o estos instrumentos peligrosos.
Por grupo se entiende la asociación de tres personas con un mismo fin. Por arma o instrumento peligroso se entiende un artefacto que, por su construcción misma, está destinado a ocacionar heridas, lesiones. Puede ser um arma de fuego, un cuchillo o un arma para golpear. Una llave inglesa, un bate de baseball o un palo de billar también pueden ocasionar lesiones cuando se golpea con ellos. De manera que yo los dejaría en la casa si salgo a "patrullar". Los bastones de los ancianos son un tema problemático.
Una vez, hace algunos anos, observé como un anciano que paseaba por la calle, se enojó, de pronto, con un grupo de jóvenes de piel morena (estilo sudeuropeos) que esperaban el bus en la parada del mismo y los amenazó con el bastón. Yo intervine y el viejo se acobardó y siguió caminando, no sin repetir diatribas en contra de los jóvenes. Pienso que, en su caso, fue un tema de demencia y no de xenofobia.
Pensar en una organización paramilitar, del estilo SA, ya es un delito mayor.
2) Si pillan a un delincuente in fraganti, evidentemente que, como tod@ ciudadan@, lo puede detener. Detener temporalmente, hasta la llegada de la policía (127 N° 1 del Código de procedimiento penal). Detenerlo, no encarcelarlo, ni golpearlo. No se trata de una venganza, de un lynchamiento, de un castigo.
Los ciudadanos sólo ayudan a abrir el procedimiento que se rige por las normas del estado de derecho. Hacer justicia por la propia mano nos devolvería al estado de la época de las cavernas, pienso yo.
3) Si ve que alguien está siendo agredid@, puede ir en su auxilio. Pero ojo: sólo cuando la agresión es clara. Schmitz dice: si Ud. ve un grupo de 11 hombres y una mujer, no corra en su auxilio, puede ser un grupo del carnaval. Su intervención está destinada a ayudar a la víctima. No a castigar al agresor, de esto se encarga el estado.
4) Ud. no puede pedir los documentos de identificación de los paseantes. No puede parar a personas que Ud. considera sospechosas... Ni tampoco de vehículos que no sean de su propio pueblo. La identifiación de las personas, a través de sus documentos de identidad, corresponde a la policía. No intente hacer parar a los autos, puede recibir un castigo de la ley por impedir el libre flujo del tránsito. No es recomendable detenerse si civiles lo hacen parar.
Me pregunto qué pasa si es la misma policía; pero vestida de civil y en un auto privado la que te hace parar... Yo lo viví en Sachsen y fue una experiencia muy desagradable. Estoy segura de que a este lado de Alemania, algo así sería impensable.
5) No use uniforme. Menos con svásticas, digo yo, pensando en lo que actualmente estamos viviendo en Alemania. No use nombres, ni abreviaturas donde aparezca "SS". "SA", diría yo que tampoco. (Hay un grupo, por aquí cerca, que se reúne en el bosque y que tiene patentes de autos "SA", me lo contó una amiga).
Schmitz dice que no está claro si se puede usar chaquetas de esas que reflejan la luz. Yo creo que sí, siempre que no diga, como comenta el autor, "Policía de la sharia" o algo así.
Finalmente, Schmitz dice que, si ve que el grupo utiliza ciertos vocablos, pone ejemplos (son los usados por sectores xenófobos), mejor que se aleje de ellos y los denuncie a la policía.