Sobre el caso Schlecker, estoy en contra de la formación de una sociedad de transferencia para las empleadas. Mis razones son las siguientes:
Las sociedades de transferencia de personal tienen una justificación, cuando los empleados están concentrados en una determinada región, de otra forma, es imposible hacer los cursos de perfeccionamiento que ofrecen o realizar las labores de coaching a todas las personas, ni intentar conseguirles otro empleo.
Las agencias de trabajo locales (ya existentes) pueden realizar mucho mejor esta labor que una empresa creada para ese caso concreto.
Asimismo, las empleadas de Schlecker tienen la suficiente capacidad para desenvolverse en el mercado laboral, no me parece que sean personas que no encuentren, con relativa facilidad, otro trabajo.
El comercio minorista necesita urgentemente personal, hay, 25 mil puestos de trabajo vacantes. Las empleadas de Schlecker que se quedarían sin trabajo son, en el peor de los casos, 11 mil. Esto es, la mitad de las vacantes.
Es cierto que en los pueblos es más difícil conseguir trabajo que en la ciudad. Pero no creo que todas o la mayoría de las empleadas de Schlecker hayan vivido en el pueblo donde trabajaban. La que trabaja en mi pueblo, me contó que vive a 50 kms de distancia.
Es curioso: antes todos estaban contra Schlecker y hoy parecen estar todos a favor de su mantención... El argumento de que, en cada pueblo tenga que haber un Schlecker para garantizar el abastecimiento de productos de droguería (por lo demás, nada de baratos), no me convence. Creo que la competencia de DM y otras cadenas demuestra que se puede vender productos de droguería a un precio bastante razonable (barato), en un ambiente de amabilidad, mucho más bonito y menos pasado de moda;)
Mi solidaridad con las empleadas de Schlecker. Lamento que pierdan su trabajo, estoy segura de que encontrarán uno mejor y que hay muchas otras tiendas que les pueden ofrecer más que un mini-contrato de trabajo.