Quienes hayan visto la película Das Leben der Anderen, en inglés The Life of Other o bien La vida de los otros, tal vez se hayan percatado que, al final de la cinta, aparece una librería... donde se vende el libro del protagonista y su antiguo perseguidor, lo compra.
Es la librería Karl-Marx, en Berlín, que aún existe, pero no por mucho tiempo. Porque los berlineses le dicen -no sin nostalgia- bye bye a Karl Marx, ya que la librería tendrá que cerrar sus puertas próximanente ya que no es rentable. No hace negocios, no vale la pena.
Durante los decenios del comunismo, esta era una dirección que los visitantes occidentales necesaria (casi obligatoriamente) frencuentaban, para gastar allí el dinero que habían sido obligados a cambiar (la codicia por las divisas, por la moneda fuerte occidental llevaba a estos estados a imponer las prácticas más draconianas para quedarse con dinero occidental).
Actualmente se vende todos los libros con un 50% de descuento, por si alguien quiere comprar algo. Leo que los 45 tomos de las obras completas de Marx y Engels están sólo a 150 euros. Hay más libros antiguos a la venta.
Si alguien tiene interés, la dirección es: Karl-Marx-Allee 78, 10243 Berlin. Era la librería más famosa de la República democrática alemana. Era parte del complejo de la Avda. Stalin.
¡Gracias a Wikimedia por la foto! Y sobre todo a su autor: Gryffindor
Reflexiones sobre una nueva constitución para Chile, por Javier Edwards
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*Recibí este texto por whatsapp. Copio lo que recibí. Supongo que será de
Javier; pero no estoy segura, ni tengo cómo comunicarme con él para
preguntarle....
Hace 4 años
3 comentarios:
Avenida Stalin?
no hemos aprendido nada
"la codicia por las divisas, por la moneda fuete occidental llevaba a estos estados a imponer las prácticas más draconianas para quedarse con dinero oocidental"
un cliente mío, ya un señor de más de 80 años, me contó que tenía una tía anciana que vivía en la rda y cobraba su jubilación, ella quería irse a la república federal, y los comunistas contentísimos, en tanto renunciara a su jubilación y dejara libre el dto que le habían adjudicado,con lo que ella estaba de acuerdo. entoncs mi cliente viajó para "repatriar" a su tía...
pero esto no es todo, y aquí viene lo más gracioso e increíble: mi cliente estaba alojado en un hotel, la primer noche bajó a cenar y estaba todo completo, el maitre se acercó y le preguntó si iba a pagar con moneda "fuerte", el le dijo que si, e inmediatamente levantaron a un parroquiano local y lo mandaron a seguir comiendo a la barra!!!, liberando asi la mesa para mi cliente...
querido Hugo! qué bueno que nos cuentes esto! muy interesante!
Me acordé de la abuelita de una amigo, mira:
La Grossmama y la tierra de mi patria - Una historia de la otra mitad de Alemania
Un abrazo!
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