Una de las noticias más espectaculares de los últimos días en y para Alemania, procede de Buenos Aires y consiste en el "descubrimiento" de fragmentos desconocidos de la película alemana, de ciencia ficción, Metropolis.
El viaje de la cinta desde Alemania a la capital argentina habría sido más o menos así:
Adolfo Z. Wilson, oriundo de Buenos Aires y "jefe" de la empresa de alquiler cinematográfico (¿así se llamará este tipo de firmas?) Terra, se llevó, en 1928, una copia de la "versión larga" (de 1927, 210 minutos, fue un fracaso en los cines alemanes, presumo que, no en último término, por la longitud) a Argentina, para exhibirla en los cines, claro.
El crítico cinematográfico Manuel Pena Rodríguez (¿supongo que será Peña?) incorporó luego las cintas a su colección privada. En los años '60, la vendió al Fondo nacional de Cultura de su país. Ni Pena o Peña, ni el Fondo parece que sabían mucho qué tesoro tenían entre las manos. En 1992, las cintas pasaron a un Museo del cine, en la capital argentina.
Lamentablemente, no he encontrado más información al respecto en los blogs amigos de Conversando de películas Pero, probablemente publicarán algo en los próximos días... Por mi parte, les quiero mostrar dos fragmentos de la película que aparecen en YouTube (sé que la película en alguna de sus dos versiones -desconozco en cuál- accesibles al público -la norteamericana antigua o la alemana de 2005, está on line, pero probablemente por razones de propiedad intelectual, no la puedo ver desde Alemania).
En este primer fragmento, se muestra una de las primeras escenas (o la primera) de la cinta. Vean, por favor, a los trabajadores. Y la frase: el mediador entre las manos y el cerebro, debe ser / es el corazón.
Se dice que es propio de las ideas organicistas imperantes en la época, por ej., entre los nacional socialistas.
En esta otra escena, se muestra el "Club de los hijos", hombres, claro. Y el "sueño" o debiera decir "delirio" de Freder Fredersen, hijo de Joh Fredersen, quien, desde la Nueva torre de Babel, controlaba, vigilaba y manejaba la ciudad.
Vemos también una escena de la „Yoshiwara“ o barrio de diversión (sexual, claro, cómo podría haber sido de otra forma) de los chicos de la clase alta o miembros del Club de los hijos. Tanto la chica, como los hijos... parecen locos.
Esta parte, también puede entenderse como crítica social, las dos clases como una interpretación marxista de la realidad, esto es, también muy de acuerdo a las ideas de la época. Lang señaló que había pensado en la película en el puerto de Nueva York, al ver los rescacielos y muchos han querido ver en ello, una "crítica al capitalismo"; sin embargo, realizó el viaje e NY en 1924, fecha en que el libreto (escrito por su sra., la alemana Thea von Harbou, Lang era austriaco) ya estaba prácticamente lista, de manera que no puede haber sido Nueva York su "fuente de inspiración". Al menos no en este sentido político; sí en el de los rascacielos y a esto se supone que se refería, a la arquitectura de la ciudad del futuro, Metropolis.
En fin, Wikipedia en alemán tiene una muy buena descripción del argumento (Handlung). Que se puede comparar con el libreto de la variación norteamericana de la misma (Umarbeitung und Rekonstruktion). Wikipedia en español tiene una traducción, lamentablemente más reducida, de la descripción de la versión original alemana y carece de la explicación del argumento de la versión estadounidense. Pese a ello, es digna de leerse.
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