lunes, 14 de diciembre de 2009

El voto de los niños


Como les contaba ayer, me regalaron un ejemplar del Welt am Sonntag. Uno de los artículos editoriales planteaba una vieja idea; pero, esta vez con nuevos argumentos y hacía una proposición algo diferente.

El invierno demográfico -según observo- nos lleva a que las sociedades en que vivimos sean bastante conservadoras. No me refiero a conservadoras en sentido político, sino en sentido de conservar. Y esto, en todos los planos y no sólo en el político.

En el político, el editorial nos hace pensar en que muchas de las decisiones no son tomadas de cara al futuro, sino sólo pensando en el presente y, en el mejor de los casos, en el mediano plazo. Claro -digo yo- una decisión tal como la de permitir y propiciar el endeudamiento estatal no sería adoptada con tanta facilidad, si la población alemana fuera joven y/o tuviera más hijos, ya que todos sabemos que la deuda de hoy son los impuestos de mañana.

Las decisiones son tomadas pues, por una mayoría creciente de personas muy mayores, que no tienen en consideración los intereses de las generaciones futuras. Que no toman en cuenta el futuro en sus decisiones políticas.

De tal manera que los jóvenes están subrepresentados dentro del electorado alemán. Una de las soluciones propuestas consiste en bajar la edad para votar a los 16 años, lo que existe ya, a nivel comunal en algunos Länder y creo que también, en otros, quienes hayan cumplido los 16, pueden votar en las elecciones de Landtag.

Pero, el editorial va más allá y plantea la posibilidad de que el derecho a voto sea atribuido a los niños desde su nacimiento. Evidentemente que lo ejercerán sus progenitores. Lo que puede llevar a problemas, por ej., si no se ponen de acuerdo. O si no están casados, por ej.

Llegados a este punto, a mí se me ocurrió que podría dividirse el voto, de manera que hubiese medios votos. Sin embargo, el periodista de WaS fue aún más lejos y propone que se dé a cada progenitor un voto (un voto entero, se entiende) por cada niño y que, lógicamente, este voto pueda ser ejercido independientemente el uno de la otra.

Sin lugar a dudas, los resultados electorales serían muy diferentes... No necesariamente peores. Me atrevería a decir que mejores... al menos con más futuro ;)


2 comentarios:

Anónimo dijo...
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Pablo Rodríguez dijo...

Diferente es, no cabe duda. Lo que no consigo entrever sería si tiene mucho sentido.

Que el voto de los menores lo ejerzan los padres o tutores daría más poder a estos últimos, pero no mucho más. No sé yo si todos los padres tendrían mucha visión de futuro (siempre se puede pensar que igual que en sus conciudadanos sin hijos menores de edad).

Luego, con todo respeto, me parece que el razonamiento esconde dos aberraciones.

La primera y más grave es pensar que el voto es el modo de imponer la propia opinión. Aunque parezca lo contrario, no se trata de ejercer nuestro coto privado de tiranía, sino de tratar de mejorar la situación común y las reglas que la rigen.

La segunda es la tutela del voto (sea por el motivo que sea). El voto es un derecho sino que tiene sentido si se ejerce uno (o una), si lo ejercen terceros, ¿para qué votar?