Excelente artículo de Carlos, desde Dinamarca: Terror en Noruega: Cuando la inmigración y la diversidad se enfrentan al odio extremo
Habla del "odio más profundo que se anida entre quienes repudian la diversidad y temen a la libertad."
Pienso que aquí está la clave... y asimismo en el no-reconocimiento de que, dentro de la misma sociedad avanzada, a la que pertenecemos en el Norte de Europa, las más bajas inclinaciones (odio y violencia) no han sido desterradas de la naturaleza humana. Y no lo serán...
Unidas al rechazo a quien es, aparentemente diferente, conducen a las tendencias inhumanas que se expresan en el racismo y la xenofobia (las visitas a este blog, procedentes del sur de Europa, nos dan, a diario, bastantes muestras de esta bajeza).
Pienso que, si no se reconocen estas tendencias a tiempo, si no se las identifica como tales (Sarrazin, por ej.), si se las niega o se les resta importancia, si se controla mediante los organismos de inteligencia, tan sólo los grupos de izquierda (como en Noruega), le damos un espacio a la extrema derecha europea -cuya peligrosidad negamos- para crecer y vigorizarse.
Carlos se refiere a "La masacre de jóvenes pioneros del partido gobernante (de tendencia socialdemócrata), implicaba negar a la sociedad noruega de futuros líderes progresistas, más abiertos a la inmigración y tolerantes con otras formas de vida."
Concluye: "Lo cierto es que el ataque terrorista en Oslo – y la isla cercana de Utoya – albergan un nivel de odio repugnante."
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