sábado, 24 de septiembre de 2011

Alemán y cristiano

Cuando Benedicto salió elegido Papa, una página espanola, de cuyo nombre no quiero acordarme publicó una "defensa" de Benedicto. Defensa que me hace pensar, "con estos amigos, para qué quiero enemigos". La página aseguraba "no temáis, el cardenal Ratzinger ya no es alemán, es italiano". Sí, explicaba, ahora bebe sólo café espresso. Considerando que esta es una página muy citada y teóricamente seria, de verdad que no sé qué pensar... acerca del nivel intelectual y de inteligencia emocional de sus autores.

En aquella época, mi amigo y colega Joquín García-Huidobro, me ayudó a contestarles, regalándome un capítulo de su libro "Una locura bastante razonable", para publicar en mi antiguo blog. Reproduje aquí el capítulo y los invito a leerlo y a meditar al respecto Contra un cristianismo manco

Pensé en este episodio, a propósito del post del blog de Radio Vatikan Der deutsche Papst? = El papa alemán?

Un periodista pregunta a Benedicto si se siente alemán. Si el Papa que va a Alemania (la conferencia de prensa tuvo lugar en el mismo avión, algo muy italiano, por lo demás) es un alemán... (Bei der Pressekonferenz im Flugzeug wurde Benedikt XVI. gefragt: Wer kommt den nach Deutschland? Der „deutsche Papst“? Fühlt sich Benedikt XVI. als Deutscher?).

El Papa Ratzinger responde: Hölderlin dice: el nacimiento nos da la mayoría de lo que tenemos (Am meisten vermag doch die Geburt es una frase difícil de traducir, se refiere a que el nacimiento nos da para la vida) y eso es algo que también siento asi.

Sobre Hölderlin, puedo decirles que es un muy conocido poeta alemán del s. 19.

Nací en Alemania y no puedo ni debo cortar las raíces. Me parece correcto, muy correcto. Y prosigue: Recibí mi formación cultural en Alemania. Mi idioma es el alemán y el lenguaje es la forma en que el espíritu vive y se realiza...

Pero en un cristiano hay que añadir algo más; él nace nuevamente a través del Bautismo, nace en un pueblo nuevo hecho de todos los pueblos, en un pueblo que comprende todos los pueblos y culturas y en el que el cristiano está realmente en su casa, si perder su origen natural... La raíz se convierte en árbol cuyas raíces se extienden en todas las direcciones y esta en casa en esta gran comunidad de personas de todas las naciones que es la Iglesia católica es algo que vivifica y se hace profundo, caracteriza a la totalidad de la existencia, sin revocar lo anterior. De manera que yo diría: permanece el origen, permanece la forma cultural, permanece naturalmente el amor y una especial responsabilidad; pero integrados en una afiliación más grande y extendida... al pueblo de todos los pueblos, en el que todos somos hermanos y hermanas.

2 comentarios:

Rud dijo...

Marta querida
Muchas gracias por aceptar mis comentarios aunque la última vez haya sido un tanto dura.
Por las palabras que escribes acerca del señor Ratzinger, veo que dicho señor es inteligente. Ciertamente nuestro lugar de origen en cierto modo nos marca, de nosotros depende que sea para bien.
Soy colombiana con todas las complicaciones que ello conlleva pues cuando he viajado observan más mi pasaporte que el de otras personas; pero lo tomo deportivamente; soy muy alegre y debo volver provechoso aquello que parezca negativo.
Un enorme abrazo y cordiales saludos

Marta Salazar dijo...

gracias a ti querida Rud, me encantan los comentarios críticos, lo que no me gusta es la mala educación que manifiestan algunos que pasan por aquí (pero son sólo espanoles y ya no autorizo más sus comentarios),

bueno, para que, cuando empíecen a "molestarnos" con que tenemos que ser igual que las alemanas (Dios nos libre), les digamos: mire lo que dice el Papa, jejej, yo lo voy a hacer.

Besos y mil gracias por tus estupendos comentarios ;)