miércoles, 30 de noviembre de 2011

Reflexiones sobre el catolicismo y el éxito -o fracaso- económico

Ya comentábamos en corto post de la semana pasada acerca de Irlanda y las alabanzas por su recuperación (aunque un art. de tan pocas líneas no representa todo lo que se habla en Alemania -y la prensa de los países vecinos- sobre la isla y sus avances. Supongo que los medios de todos los países del mundo se han referido al tema.

Estaba pensando en este artículo El éxito económico del Norte de Europa y sus raíces confesionales - Lutero y Calvino Parece que lo decisivo no es la confesión, sino algo más... Irlanda es un país tradicionalmente católico (aunque no me gustan estas clasificaciones) o más bien, digamos, de cultura católica.

...Al igual que Polonia (aunque en algunas regiones de Polonia, ha habido, durante siglos, una gran diversidad, cultural, étnica y religiosa, no sólo confesional, una sociedad multicultural y abierta) y Polonia está actualmente en un boom (un poco enturbiado por la baja del złoty la semana pasada; pero la economía real está muy bien y creciendo).

Se podría decir que es más bien la cultura lo decisivo y no la confesión. Se podría decir, además, que hay una religiosidad católica muy diferente en el sur del Viejo continente y en el Norte, siendo ambas culturas igualmente "católicas", inspiradas en el catolicismo.

La verdad es que, por ejemplo, la cultura religiosa, la piedad religiosa de un católico alemán, austriaco, suizo, holandés, polaco, lituano poco tiene que ver con la que existe en el sur de Europa. Por mucho que la cultura mediterránea haya intentato prevalecer en la Iglesia durante siglos (de partida, debido a que la Curia romana era latinoeuropea).

Hoy, vivimos en tiempos en que comprendemos que la Iglesia católica es universal, es globalizada... y no nacional, ni regional. Ningún país, ninguna cultura puede prevalecer en ella, sobre las otras; todo nacionalismo pasado de moda, toda miopía regional está demás en el catolicismo.

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