viernes, 25 de mayo de 2012

Los eurobonos, la panacea de los mercados


Nuevamente @27tournelle nos sugiere un artículo (hoy temprano en la manana, junto con el desayuno) que aporta mucho al debate sobre los controvertidos eurobonos: Can Eurobonds solve Europe's problems? = Pueden resolver los eurobonos los problemas de Europa? Es una visión del problema desde la muy británica, podríamos decir. Traduzco (no literal, sino en forma completamente libre) y comento, al mismo tiempo.

El autor, hasta donde puedo indagar es Michael Hewson, senior market analyst di CMC Markets.

Agradezco la foto a mi amigo Patricio Aguilar, que nos autorizó a publicarla en el blog. 

Han pasado más de dos años desde el primer rescate griego, de 110 mil millones de euros, en mayo de 2010. Este no fue, en absoluto, el principio de la crisis cuya semilla fue sembrada mucho antes: en 1999, cuando los políticos de la UE, ignorando las lecciones de la historia, se embarcaron en un proyecto que estaba condenado al fracaso y que tiene un carácter puramente político.

En 1992, el Reino Unido se vio obligado a salir del Exchange Rate Mechanism (ERM) por las restricciones fiscales de la vinculación de su política monetaria al modelo alemán. La intención de este mecanismo era alinear los tipos de cambio. El objetivo final era alinear todas las monedas de los miembros con el fin de unirse al euro; pero el problema era todos los miembros debían adoptar las políticas antiinflacionarias del Bundesbank alemán. Esta política resultó en definitiva insostenible, ya que las distintas economías crecieron a velocidades completamente diferentes, y en última instancia, Gran Bretana anunció su salida de la ERM en 1992, en un día conocido como miércoles negro. Como resultado la libra cayó con fuerza, antes de una fuerte recuperación en 1999.

A pesar de estas lecciones y el stress en toda Europa, continuó el experimento tendiente a la convergencia económica hacia un modelo económico alemán de la década de 1990. Los líderes europeos siguieron adelante, a pesar de las advertencias de la historia y entonces ya fueron sembradas las semillas de la crisis económica actual. Los escépticos fueron descalificados como Casandras y anti-europeos.

En última instancia las economías europeas menos competitivas se encontraron con que, de repente fueron capaces de pedir prestado a tasas de interés mucho más bajas, del estilo de las alemanas, y en lugar de optar por competir en igualdad de condiciones, escogieron gastar en exceso, mientras que sus costos laborales unitarios subieron mucho más lejos que los equivalentes en Alemania.

El auge de la propiedad inmobiliaria se inició en Irlanda y en España, donde los bancos prestaban dinero sin hacer demasiadas preguntas; así la deuda personal aumentó considerablemente, mientras los ingresos fiscales no fueron capaces de mantenerse al día con el gasto público y los rescates bancarios.

Mientras, Alemania optó por reformar sus leyes de empleo y mantener bajos los salarios, ya que trató de reintegrar a la parte oriental de Alemania frente a la creciente competencia de economías emergentes de Asia, como China, la fiesta continuó en el sur de Europa.

Ahora, a dos años después de la crisis, Alemania, se ve sometida, una vez a la presión para que se adhiera a las demandas de "más Europa" y de la implementación de eurobonos y de financiamiento directo por parte del BCE de los gobiernos. Todo esto, es ilegal, de acuerdo al Tratado de Lisboa.

Al oponerse a estas medidas, Alemania no está, de ninguna manera, aislada. Como parece hacerlo creer la prensa hispanoparlante... Austria, Holanda y Finlandia son, en líneas generales reticentes a financiar las deudas de los gobiernos más endeudados y a la creación de bancos zombie en Europa. A la lista, habría que agregar a Eslovaquia, pero supongo que es un país muy pequeno y por ello, de voz débil. A ellos, se les pide hacerse cargo de las deudas hipotecarias tóxicas de sus vecinos. No es sorprendente que los países del Norte de Europa siguen siendo reacios a hacer esto, ya que, en última instancia, significa dejar de hacer presión sobre los gobiernos para aplicar las reformas necesarias que harían que sus economías fuesen más competitivas. También sería electoralmente suicida para estos países.

Es en este contexto, los países más endeudados de Europa tratan de hacer frente a su deuda y recortar el gasto, al mismo tiempo, su economía dicrece y que se reduce la producción, a medida que aumenta el desempleo y el gasto de los consumidores.

En consecuencia, el valor del euro para los países más débiles dentro de Europa sigue siendo demasiado alto para amortiguar adecuadamente los efectos de la necesaria reestructuración fiscal, lo que significa que el ajuste fiscal debe hacerse por completo dentro de los límites de los recortes del gasto público y la reforma del mercado de trabajo. Esto ha producido el aumento del desempleo en toda Europa y que el PIB de los países afectados caiga bruscamente. Europa ha caído en una recesión prolongada.

Me permito comentar que me temo que todas estas reformas están aún pendientes... y eso, después de dos años literalmente desperdiciados.

Aunque Grecia cediera ante las exigencias de tratar de equilibrar su presupuesto y de pagar sus deudas ya existentes, así como de efectuar una reestructuración del sector privado, y a pesar de los dos rescates, la montaña de su deuda total todavía aumentará hasta el 160% del PIB el año 2016.

Esta cadena de acontecimientos ha llevado finalmente a que el pueblo griego -que lleva más de 3 años de recesión continua- rechace los partidos que están a favor del rescate y esto hace temer que una salida griega del euro, lleve al contagio el resto del sector bancario de Europa. Las últimas elecciones griegas destacaron la polarización que existe, con respecto al euro, dentro de Europa. La mayoría de la población desea seguir alojarse dentro del euro; pero, al mismo tiempo quiere renegociar los términos del rescate financiero.

Teniendo en cuenta este telón de fondo fiscal, parece inconcebible que Grecia pueda permanecer en la Zona euro si rechaza los términos del rescate; sin embargo las autoridades temen que si Grecia se va, la creencia que el euro es irreversible, pierde su valor.

Así que los eurobonos se convierten en la panacea de los mercados, que buscan pacificar a los inversionistas frente a un desplome en la confianza. Recuerdo a los lectores de este blog que una panacea es un mítico remedio universal a todos los males... A pesar de que los eurobonos serían ilegales, según el Tratado de Lisboa y de la "cláusula de no rescate" (clásula del no bailout), se podría llegar a un acuerdo parlamentario, de todos los países miembros, en el sentido de poner en común toda su deuda. Bruselas podría así, insistir justificadamente en la supervisión completa de los presupuestos fiscales de todos los miembros de la UE. Este es un anatema político en un número de naciones de la UE, incluyendo Gran Bretana.

También pondría a David Cameron en una situación muy difícil debido a sus recientes comentarios sobre la crisis en la UE. Él ha criticado que líderes de la UE van a toda velocidad hacia la unión fiscal y a los eurobonos. Luego retornó a la posición en que estaba en diciembre del año pasado, cuando vetó el Pacto fiscal.

Por otra parte, el costo más bajo de endeudamiento promedio de toda Europa -gracias a los eurobonos- no necesariamente se traduciría en un alivio de los problemas, que son el  resultado directo de los mercados laborales inconexos y de los desequilibrios entre las naciones del Norte y del Sur. Además, mientras que Europa periférica se vería beneficiada con más bajos costos de endeudamiento, los costos de Alemania se incrementarían sustancialmente, según estimaciones del orden de 1,9% del PIB.

En la realidad, es muy poco probable que los eurobonos resuelvan los problemas de endeudamiento, considerando los temas completamente diferentes que mueven a las distintas economías de Europa. Para que funcionase, Alemania tendría que permitir que la inflación se disparara, muy por encima de lo que es históricamente aceptable, asimismo, debería aceptar que aumentara el desempleo y que su economía dejara de ser competitiva frente a los otros países europeos. Los inversorsionistas se preguntan: ¿Qué probabilidades hay de que Alemania permita que esto suceda? O más bien: ¿qué tan probable es que la población alemana permite que suceda?

Yo lo que pienso es que una política de socialización de la deuda y de "socialismo de los intereses" no sólo no va en beneficio de Alemania, sino que no beneficia a Europa en lo más mínimo. A ningún país miembro. Mientras los europeos siguen peleando entre ellos y -algunos- buscan panaceas o placebos o más bien, una droga que los mantenga felices en el corto plazo, los países no-europeos de Asia y las economías emergentes, no duermen... 

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