"...sabemos que quienes están seguros de su fe y de sus propios valores son aquellos que están dispuestos a apreciar el valor de los valores de los extranjeros, porque ellos no temen lo que no conocen y reconocen en los otros a hijos de los hombres (hijos de Dios en lenguaje teológico alemán, nota del blog), que quieren sólo convivir dignamente entre nosotros. Por esta razón, respetan a los otros, les abren sus puertas y entienden que la invitación no es una orden secreta, según la cual, los extranjeros deben ser, dentro de un plazo determinado, igual a nosotros".
Agua Maldita
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Cuenta la leyenda que el monarca Abdul-El-Agreb adoraba el agua. Su
fastuoso palacio, construido en varios niveles, estaba rodeado de estanques
y fuente...
Hace 3 años
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