"La población de Alemania es la más envejecida en Europa y la segunda más vieja del mundo", nos dijo esta semana Roderich Egeler, presidente de la Oficina Federal de Estadísticas, con motivo de la presentación del anuario estadístico 2012.
En efecto: frente al total de la población, nacen hoy 8 ninos por cada 1.000 habitantes. Esta es la tasa más baja de todo el mundo, explica durante la conferencia de prensa. La razón esencial para esto es simplemente que hay más viejos que jóvenes, la estructura de edad.
El informe muestra la pirámide demográfica alemana que, diría yo, es la típica pirámide con forma de urna... nomen est omen.
La razón de esto es nuevamete, muy simple -la demografía es muy simple y muy lógica-: hay muy pocos nacimientos y, al mismo tiempo, la esperanza de vida de las personas es muy alta.
Hace ya casi cinco décadas, comenzó en Alemania el descenso de la natalidad. Desde hace aproximatamente 40 años, el número de nacimientos no alcanza para reemplazar a la generación anterior. Es lo que en demografía, llamamos la reposición generacional; en este caso, una fallida reposición generacional.
Para ello, cada mujer debería tener un promedio de 2,1 niños. En la práctica, esta cifra -luego de una marcada baja en la década del '70- permanece hoy relativamente constante en 1,4
niños por mujer. En consecuencia, en cada nueva generación, hay menos mujeres y, por tanto, menos mamás potenciales.
Durante los últimos cincuenta años, el número de nacimientos se ha reducido a la mitad: los 1,4 millones de recién nacidos del año 1964 sigue siendo el récord. En 2010 nacieron solamente 678.000 niños. El 2011, la cifra continuó disminución y el número de nacimientos llegó tan sólo a los 663.000 de niños, 15.000 menos que el año anterior.
Aparte de la disminución de la tasa de natalidad, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente al envejecimiento de la población. Entre 1960 y 1962, la de una recién nacida era de 72 años. En el periodo 2008/2010, ha aumentado a de 83 años. Para un niño varón recién nacido, la esperanza de vida también ha aumentado en esos mismos periodos, de 67 a 78 años. En suma: hoy, se vive más tiempo. Por ej., una de cada cinco mujeres que murió en 2010, tenía 90 años o más.
Agradezco la foto a las amables señoras... todos vamos para allá.
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