"El malo de la película ya no es el Tío Sam sino el Tío Hans"

Y continuando con el comentario del artículo de ayer, de Mauricio Rojas (ver La crisis no es una crisis "neoliberal"), me gustaría citar una par de párrafos de este destacado economísta chileno-sueco o sueco-chileno.

"Estos son los “indignados” que hoy vemos en las plazas de Europa Occidental, pidiendo derechos que ya nadie puede darles. Son las grandes víctimas de las promesas vanas del Estado de bienestar y su desilusión es manifiesta, así como también lo es su creciente frustración frente a lo ocurrido. Nacieron bajo el síndrome del “almuerzo gratis” y el progreso asegurado (por otros), y su embotamiento mental les impide hoy comprender cosas tan evidentes como que todo derecho tiene un costo y aún menos que ese costo se llama deber, esfuerzo duro y cotidiano, responsabilidad personal y voluntad innovadora. Por ello buscan chivos expiatorios, como los mercados, el neoliberalismo o, cada vez más, los malos alemanes, personificados por Angela Merkel.

"Es notable ver como el tradicional antiamericanismo europeo-­occidental se ha transformado en Europa del Sur en “antialemanismo”. El malo de la película ya no es el Tío Sam sino el Tío Hans".

Aunque, como he dicho tantas veces, aquí estamos ante un intento de establecer un estado de bienestar, un espejismo para ellos, ya que el estado de bienestar sólo se realizó en el Norte de Europa y no en el Sur, que es donde están los llamados "indignados", inspirados en el cortísimo libro de Stéphane Hessel No me extrana que el libro sea tan corto... (yo lo leí).

Esta animaversión hacia Alemania, que se lee en la prensa sudeuropea está llegando a Latinoamérica. Como siempre, los latinoamericanos creemos todo sin mayor reflexión. Mi experiencia personal en redes sociales: es curioso que yo, que soy muy crítica de la sociedad alemana y de su sistema económico, no reciba ya más sólo diatribas procedentes de la península ibérica, sino últimamente también desde Latam... precisamente por el tema Alemania.