Ayer el DAX (y otros índices bursátiles del mundo, por ej., el Dow Jones) batieron nuevamente todo tipo de records (el Nikkei también). A muchos, nos recordaba un gran buque de pasajeros, en que la primera clase celebra feliz en cubierta, destapa champana y goza del caviar, mientras el motor del barco padece de un exceso de combustible (inyeción de dinero, preguntan a Abe, Bernanke o Draghi) que lo llevará pronto a explotar... peor que una burbuja.
La segunda y la tercera clase del barco observan embelesados a la primera clase, con sus trajes de lentejuelas y sus zapatos (hombres) de charol. Escuchan sus risas despreocupadas... Entre tanto, el capitán y los oficiales, tratan de calmarlos, asegurándoles que mientras los pasajeros de cubierta estén felices y sonrientes, el barco no se puede hundir. Aseguran que es preferible que los sigan mirando con admiración, que los haga olvidar todo lo demás. Los oficiales han instalado pantallas (de esas que antes se llamaban "de circuito cerrado"), a través de las cuales transmiten en directo, la fiesta de cubierta, para qur todos, incluso los polizones, participen, de alguna manera en ella y olviden sus preocupaciones.
El efecto de las inyecciones de dinero por parte de los bancos centrales, se ve más o menos así... y su duración es parecida...
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