Alexander Geljewitsch Dugin es el idologo máximo del Kremlin, actualmente. De pinta, se parece a Alexander Solschenizyn; pero, a diferencia del disidente, él -en esa época. era comunista. En efecto, en 1994 fue co-fundador de Partido nacional bolschevique stischen de Rusia y el 2002, fundó el Parito de Eurasia.
Su pensamiento guía el actuar de Putin y es muy popular en los medios rusos. Tiene acceso a las esferas de poder y bastante poder económico. La organización anexa al Partido de Eurasia tiene una editorial. Es profesor de sociología de la Universidad Lomonossow.
Sus planteamientos tienen, eso sí, mucho de metafísico, esotérico y de fantástico. El profesor alemán (casado con una escritora rusa) y experto, primero en la URSS y luego en Rusia, Karl Schlögel lo traduce (y yo lo traduzco, a mi vez, para Uds.):
"Después del colapso de la ideología marxista y del triunfo del Occidente en la Guerra fría, no había ninguna ideología concluyente y estable, capaz de hacer frente al liberalismo (personificado por los EEUU). Pero, en ese momento, espíritus ávidos de mayor conocimiento, de corazón puro y dealmas ardientes, se volvieron hacia la herencia de Eurasia". Un amigo me dice que este texto parece de Rasputín.
Hay un famoso video suyo que circula en youtube donde Dugien plantea la cración de la Unión de Eurasia (hoy mismo se constituyó en Kasajstán la Unión económica de Eurasia, entre Rusia, Kasajstán y Bielorrusia; Ucrania lógicamente no está...).
Según Dugin, la Unión de Eurasia es, remotamente y en el fondo, una segunda Bizancio... esto es, el renamiciemto del Imperio bizantino... esta vez, con capital en Moscú. Su territorio debería abarcar desde Portugal hasta el lejano Oriente. Le comento esto a mi amigo y me pregunta qué habrá tomado...
Este es un proceso -en esto se parece al marxismo, anteriormente llamado "socialismo científico"- irrevocable... que avanza irremediablemente. Dugin profetiza que las herejías de la democracia y los derechos humanos o fundamentales llevarán al quiebre de Occidente.
Frente al liberalismo y a la globalización, se alza una Rusia fuerte, en que se une la Iglesia Ortodoxa (el Patriarcado de Moscú, debe ser, porque no creo que Constantinopla siga este juego esotérico) con el estado de Rusia, representados por Putin que, a su vez, encarna la identidad rusa.
Dugin se dirige a los alemanes, haciéndoles ver que él admira y Carl Schmitt (en esto, puede abrir un club con los espanoles) y a Friedrich Nietzsche. Los invita a entrar a la Unión de Eurasia, asegurándoles una cierta autonomía cultural. Para así, volver a instaurar el Imperio Bizantino.
Si no hubiera gente que lo toma en serio, podríamos reírnos a carcajadas...
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