A propósito del tema de ayer: del bank-run en Bulgaria, hace ver hoy el NZZ (que, por algo es uno de los mejores, más leídos y más influyentes diarios del mundo, aunque en los países de habla hispana no lo conozcan); acertadamente; que esta vez, los problemas llegan no desde el centro de la Zona Euro, sino desde la periferia de Europa (Ein Wackelstaat wackelt = un estado tambaleante se tambalea aún más).
En efecto, el bank-run en Bulgaria no tenía causa objetiva alguna -haya sido o no provocada por criminales, como senala el gobierno de turno-. Sin embargo, en un país donde los ciudadanos no tienen confianza en las instituciones estatales, como ocurre en países del Sur y del Este de Europa, este tipo de reacciones causadas por cadenas de mail o noticias lanzadas en redes sociales o transmitidas por sms, no son una situación de excepción.
Cuando no hay confianza en la política, en los políticos, en el estado, entonces, no nos puede extranar que la alarma ocasionada por un rumor provoque una reacción tan fuerte -e inexplicable, para personas racionales- como la que observamos el fin de semana. Lamentablemente, esta no es una excepción, ya que, en algunos países del sur y del este de Europa, hay estados tambaleantes que se tambalean aún más...
De good Governance poco se oye...
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