Me gustaría referirme hoy al artículo de mi amiga Liane Bednarz
Vom falschen Verständnis der Meinungsfreiheit = La libertad de opinión mal entendida.
Ella dice que hay frases que se repiten con frencuencia, de manera irreflexiva. Entre ellas, la famosa frase de Voltaire, que se ha traducido al castellano como: estoy en total desacuerdo con lo que dices; pero daría mi vida por defender tu derecho a decirlo.
La fease fue atribuida a Voltaire por la escritora británica
Evelyn Beatrice Hall, biógrafa de Voltaire, que ella escribió -como se pueden imaginar- en inglés:
I disapprove of what you say, but I will defend to the death your right to say it En alemán: Ich verachte Ihre Meinung, aber ich gäbe mein Leben dafür, dass Sie sie sagen dürfen.
Antes que nada, la libertad de opinión es un bien muy alto, consagrado en el art. 5 de la Ley fundamental (1). Pero no hay ningún derecho a que no se contradiga la opinión. Ya que el disenso está igualmente protegido por la libertad de opinión (2).
En sectores que simpatizan con Pegida y la AfD, se cita con demasiada frecuencia esta frase de Voltaire (se la lleva como una mostranza, escribe la autora) para 1.- autovictimizarse (hacerse la víctima) y 2.- para rechazar toda crítica a sus propias posiciones (3). Se habla de terror y de dictadura cuando se critica a alguno de sus héroes (Sarrazin, Pirincci, Gauland, Bachmann; yo incluiría hoy a Höcke).
En la época de Voltaire, tal vez, era bueno defender la libertad de opinión, frente al régimen, con la propia vida. Hoy, algo así, sería obsoleto.
Yo diría que hoy hay que defenderse más bien, no del estado que es garante de nuestra libertad de opinión consagrada como derecho fundamental en la constitución y ampliamente protegido por el estado de derecho. De lo que hay que defenderse es de los agentes anti-democráticos, difamadores, insultantes y calumniosos como la extrema derecha alemana actual. Me refiero especialmente a la AfD y a Pegida (también a la NPD ).
Hoy en día, en una sociedad democrática y donde se respetan los derechos fundamentales e impera el estado de derecho, no es necesario que nadie muera, ni por expresar la propia opinión, ni por defender el derecho a expresar la opinión ajena. El estado no la conculca. Por lo tanto, sólo puedo rechazar la absurda intepretación que los extremistas mencionados dan a la frase de Voltaire, en el sentido de que contradecirlos, sería un atentado contra la libertad de opinión.
Como dice Bednarz, en realidad, basta el mutuo respeto. El respeto a la persona, diría yo. En este punto, me parece que hay que aclarar algo que a mí me parece una verdad de perogrullo: que cuando se contradice la idea de una persona, se la puede mencionar. Se puede/debe/tiene que decir quién sostiene tal o cual cosa y eso no es un ataque personal, ni nada por el estilo. Algo totalmente distinto a lo que viví y que me hicieron abandonar la organización a la que pertenecí por largo tiempo, ver
¿En qué se parecen John Boehner y yo?
Por el contrario, la contradicción hace posible un debate. Tal como lo protagonzamos
Carlos Larraín y yo en las páginas de El Mercurio la semana pasada: Ver
1a carta 2a. carta 3a. carta 4a. carta
Asimismo, no es una violación o un no-respeto a la libertad de opinión, no embarcarse en algún debate sobre un tema que consideramos que ni siquiera se debe/puede discutir. Como aquellos en que se llama a concular los derechos fundamentales de otras personas. No tenemos el deber de discutir con racistas, xenófobos o similares.
No, simplemente no
Liane Bednarz dice con razón que, incluso el "levantarse e irse", ante un discurso xenófobo o racista, es algo que está plenamente dentro de la protección de la libertad de expresión (5). El respeto a la libertad de opinión de los demás, no significa que tengamos que soportar todo pasivamente. La libertad de opinión no obliga a nadie a aceptar o aguantar un discurso (6) que me parece inaceptable. Incuso el firme rechazo a una opinión puede ser un fuerte signo de la libertad de opinión (7).
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(1) Artículo 5 [Libertad de opinión, de los medios de comunicación, artística y científica] (1) Toda persona tiene el derecho a expresar y difundir libremente su opinión oralmente, por escrito y a través de la imagen, y de informarse sin trabas en fuentes accesibles a todos. La libertad de prensa y la libertad de información por radio, televisión y cinematografía serán garantizadas. La censura está prohibida. (2) Estos derechos tienen sus límites en las disposiciones de las leyes generales, en las disposiciones legales adoptadas para la protección de la juventud y en el derecho al honor personal. (3) El arte y la ciencia, la investigación y la enseñanza científica son libres. La libertad de enseñanza no exime de la lealtad a la Constitución.
(2) Er hat aber keinen Anspruch darauf, dass dies widerspruchslos bleibt, denn der Dissens ist gleichsam von der Meinungsfreiheit geschützt.
(3) infolge der starken Tendenz zur Selbstviktimisierung in erster Linie Kritik an den eigenen Positionen abwehren möchte.
(4) Zu Voltaires Zeiten mag es angezeigt gewesen zu sein, sein Leben zu opfern, um so etwas wie Meinungsfreiheit überhaupt erst einmal dem Regime abzutrotzen. Heute wirkt der Spruch schlichtweg obsolet.
(5) Ja sogar das Aufstehen, das Verlassen eines Raums wegen einer Äußerung, die man missbilligt, etwa weil sie rassistisch oder xenophob ist, ist von der Meinungsfreiheit völlig gedeckt.
(6) Man darf diese nicht zu einer Pflicht zu einem passiven Erdulden und Ertragen all dessen, was nicht rechtswidrig ist, herunterschrumpfen (...) Die Meinungsfreiheit verpflichtet niemanden dazu, etwas zu ertragen oder sich auf einen Diskurs einzulassen.
(7) Auch harsche Zurückweisung einer Äußerung kann ein starkes Zeichen von Meinungsfreiheit sein.
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