Por primera vez, estoy de acuerdo con un político del Partido de Izquierda, con
Dietmar Bartsch quien, en el debate parlamentario de ayer, refiriéndose a la actuación del policía de Sachsen que sacó con violencia y en la famosa llave de judo que en alemán se conoce como Würgegriff (Chokehold en inglés; etranglement en francés y estrangulamento en portugués), al nino refugiado del bus... Pueden ver el video aquí:
Turba xenófoba en Sachsen... un episodio más
Sobre el policía que sacó violentanente del bus al nino llorando, dice Bartsch que, en vez de hacerle una llave de artes marciales para obligarlo a salir del bus... el nino estaba llorando. El policía debería haberlo abrazado... Sí, tiene toda la razón Bartsch: a un nino que está sufriendo porque una turba llena de odio clama y amenaza a él y a su familia y a otras muchas personas que estaban en el bus, no se lo trata con violencia, sino con carino o, al menos con empatía. Se lo abraza, dice Bartsch*.
Pedir empatía a ciertas personas es como pedir peras al olmo. No fueron educados en la empatía y tal vez (no es improable) el mismo policía fue educado en la violencia...
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* "Traumatisierte Flüchtlingskinder nimmt man in den Arm, nicht in den Würgegriff"
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