lunes, 14 de marzo de 2016

Super Sunday


Ayer en la noche, el secretario general de la democracia cristiana alemana (que poco y nada tiene en común con la chilena), Peter Tauber anunció escuetamente que su partido no cambiaría en nada el curso en el tema de los refugiados[1]. Después de todo, la CDU sigue siendo el partido mayoritario en Alemania y la canciller Merkel una de las dos o tres políticas más populares del país..
Alemania es un país federal y lo que tuvo lugar ayer, no fueron elecciones en todo el país, sino que fueron elecciones estaduales en tres Länder: dos de ellos en el occidente del país y uno en el Este (en lo que se llamaba antes República democrática alemana o -vulgo- Alemania comunista). Se habla, en broma del super sunday ;) Estas son elecciones estaduales, locales, regionales; no vota toda la república, no se eligió a los miembros del Bundestag o Parlamento federal, sino sólo los diputados de tres parlamentos estaduales o Landtag.
Sin embargo, se quiera o no se quiera, los resultados de las elecciones estaduales siempre son extrapolados a nivel nacional, con mayor razón aún cuando el próximo año, se elige Bundestag, de manera que hay es una especie de pre-elección que nos sirve, al menos, para las estadísticas. Pero hay que dejar en claro que estamos comparando peras con manzanas.
Baden-Württemberg

En Baden-Württemberg (al sur occidente del país), ganaron los Verdes, con un 30,3% (más 6,1% en relación con la misma elección anterior). En segundo lugar, la CDU[2] con un 27% y un -12% frente a las últimas elecciones. La social democracia (SPD[3]) con un 12,1% y -10,4%. La FDP[4] o liberales obtuvo un 8,3%, un 3% más que el las últimas elecciones. El Partido de Izquierda[5] logró sólo un 3,7%, menos 0,1% y quedó con esto, fuera del Parlamento estadual ya que en Alemania, tenemos una barreta del 5% y si un partido no la pasa, queda fuera (salvo en elecciones al Parlamento europeo).
Hasta aquí todo bien. Todos estos son partido democráticos, que aceptan el juego parlamentario, en que unas veces unos ganan y otros pierden y, en la elección siguiente, pueden ganar[6]. ¿No decía Karl Popper que lo característico de la democracia es la alternancia en el poder? ¿La capacidad, la posibilidad de acceder al poder en forma pacífica?[7] Bueno, esto es. En este sistema abierto y democrático, las decisiones se toman consensualmente, en él se logran compromisos, tan detestados por estos grupos autoritarios antiliberales que los ven como debilidad[8]. Pero se respeta siempre el rayado de la cancha, que no se abandona. Es elogiable que incluso el Partido de Izquierda se haya convertido en un partido que respeta el fair play parlamentario.
La gran caída de la CDU se explica debido a que el candidato Guido Wolf era muy débil, flirteaba con grupos de extrema derecha, por ej. con los organizadores de la famosa “Demo für alle” o “protesta para todos” (grupo de católicos y evangélicos que protestan ante lo que ellos llaman la sexualización temprana de los ninos, critican el llamado gender main strean y todo lo que sea progreso y Europa, que piensan que es un producto del lobby gay).
Asimismo, Wolf se distanció de Merkel en su política de respetar el derecho de asilo en Alemania y de seguir intentando una política europea para solucionar la llamada crisis de los refugiados. Al mismo tiempo que el admirado ministro-presidente Winfried Kretschmann la apoyó. Por eso, se dice que, paradojalmente, quienes apoyan a Merkel no votaron por la CDU, sino por los Verdes. Al menos en Baden-Württemberg.
En otras palabras, Wolf jugó mal y se acercó a las posiciones de la extrema derecha y perdió… Perdió porque el electorado prefiere al original. Olvidó que el populismo no se vence con más populismo y que acercándose al populismo, sólo ganan los populistas. Esto es algo que parece que muchos políticos no entienden. Dejan de lado la mayoría que apoya su partido, porque, muertos de miedo, pretenden emular a los populistas para terminar perdiendo los votos que pretendían ganar.
La autodenominada Alternativa para Alemania la AfD[9] -que, en realidad, no es alternativa- se vió robustecida y movilizó a los no-electores, a los que generalmente no votan. Ellos, esta vez, sí fueron a votar, la abstención electoral fue muy baja, y votaron por los populistas, que obtuvieron un 15,1%.
La AfD comenzó siendo un grupo formado, a fines del ano 2012, por profesores universitarios del tipo calvinista que criticaba -a mi modo de ver, no sin razón- la política de salvataje de los países de la Zona euro que se encontraban en dificultades, los llamados países PIGS (Portugal, Italia o Irlanda, Grecia y Espana). Desde un comienzo -y como corresponde a buenos calvinistas- tomaron el tema de la familia, la cantidad de hijos, la mujer, erc. entre sus banderas.
A mediados del ano 2015, su fundador, el profesor de economía Bernd Lucke fue virtualmente expulsado del partido. Y en una manera totalmente humillante, de lo que quedó constancia en abundantes videos en youtube. Donde se lo veía abajado por la nueva jefa del partido, casada con un pastor protestante y con cuatro hijos, Frauke Petry (acaba de abandonar a su marido y cambiarlo por el jefe del mismo partido en Nordrhein-Westfallen, así es la gente que se llena la boca con la defensa de la familia). De manera, el 2015, que la rama económico-liberal de la AfD (los profesores fundadores) fue barrida, prevaleciendo el ala nacionalista y ultra conservadora. No conservadora, sino ultra conservadora xenófoba. Este es el partido que en Baden-Württemberg obtuvo un 15% de los votos ayer.

En Rheinland Pfalz
Otro de los Länder (de los estados donde se votó) fue la región vitivinícola de Rheinland Pfalz. Ganó la SPD con un 36,2% esto es un 0,3% más que en la elección anterior. La CDU obtuvo 31,8% y un -3,4%. Los Verdes tuvieron una desagradable sorpresa: obtuvieron 5,3% bajando nada menos que 10,1%. Los Liberales 6,2%, subieron en 2%. La Izquierda quedó fuera del Landtag con un 2,8% ya que no superó la barrera del 5%.
El mezquino resultado de los Verdes se debe a que sus votantes prefirieron no correr ningún riesgo y votar por la social democracia, ya que así aseguraban que Malu Dreyer (de la SPD) siguiera como ministra presidente y no fuera reemplazada por la candidata de la democracia cristiana, la ex-reina de belleza de las fiestas del vino Julia Klöckner. Ocho semanas antes de la elección, Julia superaba a la candidata social demócrata (fiscal, tres hijos, casada con un político, muy inteligente y enferma de múltiple esclerosis) en diez puntos. Sí, es increíble; pero Malu era superada en un 10% por Julia. Sin embargo Malu terminó ganándole.
¿Qué pasó? Muy simple. Primero, Malu dijo que ella no iría al debate televisivo con los demás candidatos si era invitado el candidato de la AfD. Esto, porque no se habla siquiera con los extremistas de derecha. Segundo, Julia se distanció de Merkel y propuso un plan A2 en el tema refugiados. No, no es broma: el plan de Merkel es llamando Plan A y Julia, por no contradecir tanto a Merkel, en vez de proponer un Plan B, propuso un Plan A2. Con esta proposición hizo el soberano ridículo. Además, un político de la CDU propuso que Malu -debido a su enfermedad- se retirara y cobrara una renta de invalidez, comentario que es más que simple mal gusto, es de una gran crueldad.
De manera que, en Rheinland-Pfalz (RP) tenemos el mismo problema que en Baden-Württenberg (BW): los candidatos de la democracia cristiana, del partido de Merkel, se alejaron de ella en el tema de la política frente a los refugiados. Por convencimiento o por oportunismo. En suma: votar por el candidato verde en BW o por la candidata social demócrata en RP, significaba votar a favor de la política de Merkel. Y votar por los candidatos demócrata cristianos, era votar en su contra.  
Uds. me preguntarán: si su propio partido está tan en desacuerdo con Merkel, por qué sigue siendo la presidenta del partido y la canciller. Porque la popularidad de Merkel en Alemania supera con creces la popularidad de su partido. Esto me recuerda un poco a aquello que se decía en Chile (en los anos 60 - 70) sobre Eduardo Frei Montalva, que sería un sauce plantado en el macetero de la democracia cristiana. Es Merkel la que hace ganar a los demócrata cristianos las elecciones y es ella la que impide que les vaya aún peor.
Aún no me he referido al 12% obtenido por la AfD en Rhienland-Pfalz. Su candidato de punta es un teniente coronel del Ejército alemán, con experiencia en Afganistán y con unos bigotes que me recuerdan a algún emperador alemán del siglo XVIII. Pero claro, la pinta es lo de menos. Hay cosas peores: el extremismo y el populismo, por ejemplo.
Los estudiosos del tema extremismo de derecha dicen que, desde hace décadas, el potencial de la extrema derecha en Alemania oscila entre un 10 y un 15%. Estos electores generalmente votaban por alguno de los otros partidos, para que no “se perdiera” su voto -debido a la barrera del 5%- o simplemente no votaban. Esta vez, la participación electoral fue muy alta[10].

En Sachsen-Anhalt
En el tercer Land, en Sachsen-Anhalt (SH), el ministro-presidente se llama Reiner Haseloff y es de la CDU. Seguirá en el cargo después de las elecciones de ayer. Sachsen-Anhalt queda al Este de Alemania, en la ex-república democrática. Sufre de una gran emigración de los mejores cerebros y de gente joven. Tiene pocas empresas y después de esta elección tendrá aún menos, ya que la AfD obtuvo nada menos que la cuarta parte de los votos. Para qué hablar de estudiantes del Occidente del país o menos aún extranjeros, serán aún más escasos[11].
La CDU obtuvo un 29,8 (-2,7%), la AfD quedó como la segunda fuerza electoral con su 24,2%. El Partido de Izquierda, que el el Occidente quedó fuera de los dos parlamentos, tiene aquí -por razones históricas- gran fuerza y llegó al 16,3% un 7,4% menos que en las últimas elecciones. La Social democracia llegó sólo al 10,6% con un -10,9%. Los Verdes pasaron raspando la barrera del 5% y llegaron al 5,2% (-1,9%). El Partido liberal lamentablemente no pasó el 5%, llegando tan sólo al 4,9% (+1,1%).

En otras palabras, una cuarta parte del electorado de este deprimido Land votó por los populistas. Y al lado Oriental de Alemania, los populistas son cosa seria. Sería tema para una nueva columna. Sólo puedo decir que los soviéticos no implementaron ningún plan de reeducation como hicieron los aliados en el lado occidental y eso se nota. Al este sólo hubo mera propaganda supuestamente antifascista que no es lo mismo que un programa de educación democrática.
El candidato de punta de la AfD en SH, André Poggenburg, dice que su ídolo es el Che Guevara. Cómo se compadece la admiración de una persona con ideas nacionalistas y de extrema derecha con el guerrillero de ultra izquierda que peleó junto a Fidel Castro en Cuba, es un tema que dejo al jucio de mis lectores.
La carga autoritaria de la AfD en el Este del país es aún mayor que en el lado occidental. Poggenburg es un hombre joven y -tengo que reconocerlo- nada de feo. Empresario en quiebra (vende radiadores para autos o algo así), con varias advertencias de órdenes de detención en su contra por manejos económicos poco claros. Se decía -aún entre sus partidarios- que necesitaba ser elegido en el Landtag para logras su propio sanemiento económico.
Al parecer y según cuentan otros miembros del partido en esa región, Poggenburg ejerce un estilo autoritario de dirección de la AfD: la persona que se le opone es inmediatamente descartada. Dicen que lo único que le interesa es el poder y el dinero y que no es muy inteligente; pero sí muy astuto. Sus discursos son extremos, nacionalistas, xenófobos y muy desagradables.
Es muy amigo de Höcke, el jefe de la AfD de Thüringen, otro país del Este, donde la AfD llegó igualmente al Parlamento (pero hace ya algunos meses, en otras elecciones regionales). Ambos son nacionalistas, etnopluralistas, esto es, proponen la conservación de la “pureza de la raza” y rechazan los matrimonios entre alemanes y extranjeros. En el este de Alemania, donde cada vez hay menos gente, es aún más absurdo proponer algo así. Sin extranjeros, estas regiones no podrán sobrevivir. De partida, me pregunto quién va a atender a los residentes de los hogares de ancianos.
Es cierto que el tema de los refugiados, les ha dado muchos bríos, muchos votantes. Pero, ellos no tienen la menor pretención de solucionar el tema, ni a nivel nacional, ni a nivel europeo. Ellos están per sé contra los extranjeros. O más bien, ellos están per sé contra los extranjeros en Alemania. Si los extranjeros viven -o mueren, como los sirios- muy lejos de Alemania, no tienen nada en contra de ellos.
Dicen reconocer el cristianismo como parte de la cultura alemana y se oponen al Islam. Sin embargo, las dos iglesia en Alemania han advertido insistentemente a sus fieles que la AfD y el cristianismo son incompatibles. Lo que ha llevado a un enfrentamiento entre las iglesia y la AfD. Igualmente, han tratado de congraciarse con la comunidad judía. Al respecto, cito nuevamente al dirginte judío Salomon Korn: “De repente se habla de las ‘raíces judeo-cristiana de Occidente’ para tratar de incluir a los judíos en un frente común contra los musulmanes (...) Tenemos que tomar con mucha cautela algunos de los abrazos que estamos recibiendo de una parte de la sociedad alemana, ya que estos gestos tienen una mera motivación funcional”[12]. En otras palabras, tratan de aprovecharse de ellos[13] [14].
Paradojalmente, en el Este de Alemania, el número de extranjeros oscila entre el 0,1 y el 1%. En las ciudadades universitarias hay más extranjeros, debido a estudiantes e investigadores. Pero probablemente, cada vez serán menos. En la provincia, ahí sí que no hay extranjeros y los pocos nietos de vietnamista o srilankeses que hay no salen de sus casas después de las 7 de la tarde. Paradojalmente, donde hay menos extranjeros, hay más xenofobia.

En suma
No es un consuelo que Alemania alcance una especie de “normalidad europea” y tengamos también aquí a estos locos de extrema derecha xenófoba, ultranacionalista y ultraconservadora que elogian a la familia tradicional, donde el hombre manda a la mujer; que ven en la política familiar, no una política de ayuda a la familia y a los ninos, sino simplemente, una política de aumento de la población alemana… No, no porque muchos países a nuestro alrededor tengan movimientos ultra conservadores de extrema derecha, nosotros también deberíamos tenerlos[15]No, no nos podemos acostumbrar a ellos.  
Aún desde el punto de vista del pragmatismo político: actualmente, la AfD tiene, a nivel nacional y según las últimas encuestas apenas entre un 10 y un 13%. El resto de los partidos reúnen a un 90 a 87% de los electores. Hay que ser muy descriteriado para asustarse y cambiar ese 87 a 90% por un 10 a 13%. Aunque tuviera un 20% (no creo que lo logre), sería descabellado cambiar un 80% por un 20%. A veces, nuestros políticos -salvo Merkel- se asustan, creo que el miedo es siempre un mal consejero.  
Esta mañana, el autor liberal Chrispoh Giesa[16] dice que lo único que no podemos hacer es permitir los políticos demócratas intenten nuevamente imitar a los populistas (menciona al social demócrata Gabriel y al social cristiano Seehofer). Por supuesto que los díputados de la AfD tendrán los derechos parlamentarios que les corresponden; pero nada más. Llama a defender nuestro sistema democrático y abierto de sociedad. 

Como recomienda el cientista político Karl-Rudolf Korte[17], la forma de enfrentarse al populismo es con ánimo, con confianza, con valentía, mostrando cuáles son las perspectivas de futuro. Es lo que hace Merkel con su “Wir schaffen das” o Lo lograremos. Es a lo que nos llama Liane Bednarz, cuando habla de ese optimismo fundamental, esencial o Grundoptmismus[18] que caracteriza a los demócratas. Korte habla de defender apasionadamente la democracia, la democracia pluralista, democrática y liberal, agregaría yo. Creo que es un buen programa de acción.

[1] Peter Tauber: Rot-Grün und Grün-Rot haben keine Mehrheit mehr in RLP und BW. CDU wird Gespräche vor Ort führen. Keine Korrektur am Flüchtlingskurs.
[2]  CDU, sigla de Christlich Demokratische Union Deutschlands = Unión demócrata cristiana de Alemania.
[3] SPD, sigla de Sozialdemokratische Partei Deutschlands = Partido social democrático de Alemania.
[4] FDP, sigla de Freie Demokratische Partei = Partido liberal democrático.
[7] “eine Regierung gewaltfrei abzulösen”.

[10] Yo también llamé a votar, ya que un voto perdido -pensaba- es un voto perdido para la democracia. Considerando que la mayoría de quienes votaron -y antes no votaban- se decidieron por la AfD, mejor me hubiera quedado callada.
[11] Una médico amiga (de Baviera) me decía hace algunos meses que ella no dejaría que sus hijos se fueran a estudiar al Este debido al extremismo de derecha. Que prefiere incluso que no estudien.

[14] En el artículo Petry lässt kaschern del Jüdische Allegemeine, el diario judío de Alemania, se explica muy bien el intento de la AfD de congraciarse con Israel y la importante comunidad judía alemana. 



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