Reconocemos el proyecto de ley como una herramienta para la manipulación ideológica, la imposición de una política histórica oficial y un intento sin precedentes de intervenir en el debate público sobre la historia polaca en un estado democrático. La verdad histórica no se puede decretar de antemano, porque surge de una investigación confiable basada en el material de origen. La ley adoptada en esta forma es un instrumento que puede usarse para comparar la popularización y la discusión de los resultados de la investigación científica independiente, mostrando la compleja verdad sobre el Holocausto. Su difusión no puede estar sujeta a control y presión política.
El anterior es el texto de la declaración del Centro de investigación sobre el Holocausto de los judíos, acerca la modificación de la Ley del Instituto de Memoria Nacional, en Polonia[1].
De partida, “en países normales, la investigación no es aceptada o rechazada por los gobiernos"[2]. La pregunta es si Polonia deja, poco a poco, de ser un país normal. Hoy, un tribunal irlandés rechazó la extradición de un ciudadano polaco[3] (acusado de narcotráfico), debido a que “los recientes cambios legislativos en el sistema judicial polaco han sido tan inmensos (so immense) que el tribunal superior de Irlanda se ve obligado a concluir que el estado de derecho en Polonia ha sido sistemáticamente dañado (systematically damaged), socavando la confianza mutua (mutual trust) que se halla en la base del proceso de la orden de detención europea”[4], que es la vía por la cual Polonia solicitó la extradición. Duras palabras de la sonriente jueza Aileen Donnelly.
El caso fue enviado al Tribunal Europeo de Justicia (en Luxemburgo). Y lo más probable es que los 50 casos de solicitudes de extradición realizadas por Polonia a Irlanda, se suspendan. “Gary FitzGerald, director del Centro Irlandés para el Derecho Europeo en el Trinity College de Dublín, dijo que sería muy sorprendente si otras jurisdicciones [otros países miembros] de la Unión Europea extraditaran personas a Polonia”[5]. Laurent Pech, profesor de Derecho europeo en Middlesex habla del “desmantelamiento legislativo deliberado, calculado y provocativo de la independencia del poder judicial, independencia que es uno de los componentes clave del estado de derecho”[6] . En primer año de derecho se aprende que la división de poderes y la consiguiente independencia del Poder Judicial, esto es, de los tribunales de Justicia es uno de los pilares básicos del estado de derecho, sin el cual, éste deja de existir.
Si nos detenemos un momento a considerar qué repercusiones puede tener esta circunstancia, este virtual secuestro de la justicia polaca, que se traduce en la falta de un debido proceso, tanto para ciudadanos polacos, como para extranjeros, considerando que son esos mismos tribunales los que juzgan de acuerdo a la mencionada Ley del Instituto de Memoria Nacional[7]. Llamada en inglés, simplemente Holocaust Law. El caso del diario argentino Página 12 es… no sé si llamarlo ridículo o grotesco, aunque creo que estos calificativos son muy suaves para describir la realidad…[8] . Nadie duda que hubo prisioneros polacos en campos de concentración nacional socialistas; pero ponerse al nivel de los judíos y hablar de un “holocausto polaco” es más que absurdo, es una aberración y una gran crueldad.
No sin razón, señala la historiadora Havi Dreifuss, quien “dado su campo de especialización[9], viaja frecuentemente a Polonia con fines de investigación. Que, a pesar de que la nueva legislación pretende eximir a los académicos y artistas, ella duda en viajar a Polonia ahora. ‘Para mí, lo más problemático en esta ley es crear una atmósfera de miedo en Polonia para hablar de estos temas’"[10]. Sobre sus colegas polacos, ahora más en peligro que ella y que todos quienes no estamos al alcance de la jurisdicción polaca: “Polonia tiene estudiosos maravillosos que realmente cambiaron nuestra comprensión de muchos aspectos del Holocausto, y el hecho de que ellos y sus estudiantes, especialmente los estudiantes, que no serán parte de la exención, tendrán que pensar dos veces antes de trabajar en estos temas. es algo que es muy muy problemático"[11]. Sí, dentro de Polonia y entre los sectores con más cultura de la sociedad polaca, hay una gran resistencia a las medidas autoritarias del gobierno del PiS, dirigido tras bambalinas por Jarosław Kaczyński[12].
Acertadamente, el historiador polaco-norteamericano Jan Tomasz Gross[13] -expulsado de la Universidad de Varsovia en 1968 y encarcelado durante casi medio año, quien abandonó el país debido a la campaña antisemita de ese año[14]- nos explica que Polonia “choca actualmente con la Unión Europea, por la destrucción de la independencia judicial en Polonia por parte del partido Ley y Justicia o PiS. Y ahora la nueva ley ha desatado una disputa diplomática con Israel por la falsificación de la historia del Holocausto”.
Con Renan Berger, nos preguntamos ¿Cuál es el propósito de esta ley? ¿Cuál es el mensaje que el gobierno poaco trata de transmitir al mundo?[15] El Ejecutivo polaco dice que el objetivo es “defender el honor polaco”[16]. Con el mismo valiente periodista y publicista israelí nos respondemos: En realidad, lo que verdaderamente están haciendo es “crear la reacción opuesta y solo estás atrayendo más atención sobre estas atrocidades”[17]. Sí, toda esta desagradable discusión nos lleva a investigar más sobre el tema y a no dejarnos amedrentar por amenazas en redes sociales.
Pienso que el propósito de esta ley no es defender el honor de Polonia. No, muy por el contrario, la ley parece combatir el honor polaco. Honor que nadie ofende, ni degrada, ni abaja… Esta es una falsedad que el gobierno de Varsovia cuenta a sus ciudadanos, para crear un enemigo externo, del cual defenderse agrupados, votando por el partido de gobierno que, poco a poco, transforma a Polonia en un estado autoritario, con un partido único y una sola ideología nacionalista[18]. No, “yo no veo, que, en ninguna parte del mundo, se quiere ofender, denigrar, abajar el honor, el buen nombre de Polonia. Muy por el contrario, Polonia y los polacos son uno de los países -hasta ahora- más queridos y admirados en el mundo”[19].
¿Cuál es el verdadero objetivo de esta ley? Dreifuss señala: “Muchos judíos en Polonia, agrega, fueron asesinados no en los campos de exterminio, sino en manos de los polacos. ‘Esto es algo que Polonia no quiere aceptar y aparentemente lo que esta nueva ley trata de encubrir’"[20]. Podemos decir que este es uno de los propósitos de la ley: el encubrimiento. Siempre me ha llamado la atención la forma en que algunos polacos reaccionan cuando se ven enfrentados a las atrocidades o a la crueldad que otros polacos cometieron contra los judíos y otras minorías en Polonia durante la II Guerra o, en general, en el pasado. Toda vez que, durante la II Guerra se denominaba en polaco, szmalcownik, a los polacos que denunciaban o entregaban judíos a los nazis o extorsionaban a quienes los protegían[21].
Por su parte, Gross hace ver que la ley, no pretende proteger la reputación de Polonia, sino que su "objetivo final es falsificar la historia del Holocausto"[22]. Y prosigue: “Las autoridades polacas quieren amordazar cualquier debate sobre la complicidad de los polacos en la persecución de ciudadanos judíos, por lo que es ilegal discutir el asunto 'públicamente y contra los hechos”[23]. El objetivo de esta legislación ambicioso, continúa el historiador: “Las autoridades polacas quieren bloquear cualquier debate sobre la complicidad de los polacos en la persecución de ciudadanos judíos, por lo que es ilegal discutir el tema públicamente y contra los hechos"[24].
Por su parte, Maciek Wisniewski, dice que lo que, “en realidad pretende es sanitizar la historia al gusto de los ultranacionalistas en el poder”[25]. La sola mención de la Masacre de Jedwabne, “impide seguir calificando el antisemitismo polaco –parte integral de la anatomía del nacionalismo local, étnico e inherentemente excluyente– como algo marginal o inofensivo. Contradice la visión dominante que sólo fuimos víctimas (del nazismo, del comunismo, de la historia en general)[26]”.
Barbora Černušáková escribe en Time: “lo que está en juego no son los hechos ocurridos en torno a la Segunda Guerra Mundial, sino la libertad de expresión y la aplicación desmedida de la ley para reprimir las opiniones disidentes. Al ilegalizar todo pronunciamiento, declaración escrita o imagen que parezcan dañar ‘la reputación de la República de Polonia y la Nación polaca’ o que sugieran que hubo responsabilidad o complicidad polacas en los ‘crímenes nazis’, restringe aún más el derecho a la libertad de expresión y tendrá un efecto negativo más general”[27].
Y lo que es peor (Gross): “un desastre mayor se cierne internamente. Con el pretexto de defender los derechos soberanos de Polonia para aprobar su propia ley, las autoridades están aceptando los prejuicios xenófobos y antisemitas de algunos sectores del público, al tiempo que exacerban estos sentimientos en el proceso”[28]. Sí, esto se aprecia en las manisfestaciones públicas de lo que nosotros llamamos extrema derecha (aunque la izquierda europea es también profundamente antisemita e incluso racista) y en la quema de muñecos que representan a polacos cliché, como vimos hace pocos meses en Polonia.
“Los medios controlados por PiS han despertado aún más las emociones al sugerir que las fuerzas externas -y los judíos en particular- quieren evitar que Polonia diga la verdad sobre su propia historia: los campos de exterminio fueron creados y dirigidos por los alemanes y no por los polacos[29]”.
“No es sorprendente que uno pueda ver el aumento del antisemitismo en las redes sociales, en la televisión y en la prensa que apoya al gobierno. Una sociedad movilizada en torno a una propaganda tan mentirosa se volverá cada vez más xenófoba, hasta que los polacos más abiertos de mente encuentren en su hogar un lugar inhóspito para vivir. Esto es peligroso: para los ciudadanos de la UE, es fácil moverse e instalarse en otro país”[30]. ¿Le podrá extrañar a alguien si pronto empezáramos a recibir a los primeros asilados o refugiados polacos? Al igual que recibimos ya a los primeros turcos. El historiador de Princeton habla acerca de la “fuerza destructiva de un gobierno dispuesto a aprovechar los peores instintos de una población para mantenerse en el poder[31]”.
En efecto, “una Polonia monoétnica, podría ser el turno de la élite educada para emigrar, con un impacto incalculable en el capital social del país”[32]. Todos quienes pertenecemos a la generación Juan Pablo II y leímos “Cruzando el Umbral de la Esperanza”, sabemos que Polonia nunca fue ni mono-étnica, ni mono-religiosa, ni menos mono-cultural. Sobre Polonia, Karol nos explica: “A lo largo de los siglos de su milenaria historia, Polonia ha vivido la experiencia de ser un estado de muchas nacionalidades y de muchas confesiones cristianas, y no sólo cristianas. Tales tradiciones hicieron y hacen que un aspecto positivo de la mentalidad de los polacos sea la tolerancia y la apertura hacia la gente que piensa de modo distinto, que habla otras lenguas, que cree, reza o celebra los mismos misterios de la fe de modo diferente”[33]. OMG! Cómo ha cabiado Polonia…! Qué diría Karol si supiera hoy de la ley sobre la historia del Holocausto.
Concretamente sobre los judíos, nuestros hermanos mayores, Juan Pablo II dice claramente que “el antisemitismo es un gran pecado contra la humanidad;, todo odio racial acaba inevitablemente por llevar a la conculcación de la dignidad humana"[34]. Ojalá esto lo escucharan los trolles polacos que hoy se ensañan contra los judíos. Creo que en anti-antisemitismo que aprendimos del Papa (y de otras muchas personas más) ha dejado “raíces muy profundas en mi vida”[35].
[3] Artur Celmer.
[6] Laurent Pech (@ProfPech), profesor de Derecho europeo en la Universidad de Middlesex. En Ireland refuses extradition over concern at Polish justice reforms
[7] Texto de la ley en mi columna La Ley Holocausto, Ronen Bergman y la fría respuesta de Morawiecki
[8] La declaración de una supuesta “liga de antidifamación de Polonia” es realmente de un cinismo que da vergüenza ajena. El “sueño del pibe” de algunos grupos conservadores siepre ha sido tener una liga antidifamación de ellos mismos, para contrarrestar la famosa Liga antidifamación judía.
[9] Desde noviembre de 2010 dirige el Centro de Investigación sobre el Holocausto en Polonia, del Instituto Internacional para la Investigación del Holocausto Yad Vashem, Havi Dreifuss y otros historiadores sobre el Holocausto en Polonia
[12] Gross hace ver acertadamente que “Jaroslaw Kaczynski, líder del PiS. Su partido busca una mayoría constitucional en el parlamento que le permita establecer un régimen legalmente autoritario y asegurar su poder por un largo tiempo”. Sí, de esto estamos convencidos todos en Europa.
[13] Los innumerables trolles polacos en Twitter denigran a Gross de la peor manerda. Entre otras cosas, sostienen que no es historiador (tal vez porque tiene un doctorado en sociología en Yale), en circunstancias que es profesor de historia en la prestigiosa Universidad de Princeton y profesor invitado en las universidades de Harvard, Stanford, California en Berkeley, Columbia, Paris, Viena, Cracovia y Tel-Aviv.
[14] El mismo Gross nos explica que “La última vez que un gobierno polaco usó el antisemitismo en su propaganda oficial, hace 50 años, cuando el Partido Comunista estaba en el poder, la limpieza étnica resultante llevó a miles de sobrevivientes del Holocausto y sus hijos a emigrar de Polonia”. Poland’s death camp law is designed to falsify history
[16] Todo por el honor de Polonia nota 3 que cita Ustawa chroniąca dobre imię Polski uchwalona o La ley que protege el buen nombre de Polonia pasó.
[18] Sobre el partido en el gobierno conocido por sus siglas PiS, dice Infobae “PiS, un partido populista de derecha y nacionalista fundado en 2001”, Cómo Polonia intenta desligar su responsabilidad en el Holocausto con una insólita ley
[21] Ver nota 21, texto de Jan Grabowski, en Havi Dreifuss y otros historiadores sobre el Holocausto en Polonia
[33] Cruzando en Umbra de la esperanza, capítulo 22 A la búsqueda de la unidad perdida (Una mejor traducción habría sido: En busca de la unidad perdida).
[34] Cruzando en Umbra de la esperanza, capítulo 16 La sinagoga de Wadowice.
[35] Cfr. Cruzando en Umbra de la esperanza, capítulo 16, La sinagoga de Wadowice.
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