jueves, 25 de noviembre de 2010

La granja de la prostitución en Sarkad, Hungría

En una acción conjunta de la policía austriaca y de la húngara (una suerte de policía austro-húngara ;), fue desbaratado un círculo de managers de la prostitución que actuaba en los dos países y también más allá.

Sí, la prostitución no es un juego de niños, ni es algo "inexistente", que se deba negar, "porque no puede existir lo que no debe existir", como decimos en alemán. De ahí que el hecho de que el Papa se refiera al tema y reconozca que existe, a la vez que trata con respeto a todas las personas prostituídas (ver El Papa se refiere a TODOS los prostituídos, a varones y a mujeres) y no les resta su capacidad moral, su calidad de persona, es positivo. Tal vez por esta razón no haya sido entendido e incluso de intente tergiversar sus palabras, para que calcen con "mi gusto personal y subjetivo", con mis preferencias o con lo que cabe dentro de mi estrecha mente (por ej., cuando te dicen que "Benedicto XVI y el preservativo: qué polémica por un error de traducción! Hablaba de los homosexuales", PLOP!).

Durante más de una década (los medios alemanes hablan de doce años, los austriacos, de diez), mujeres, de entre 19 und 25 años, procedentes de Rumania, del Sur de Hungría y de los Balcanes (otros medios hablan también de Rusia) fueron atraídas a una granja en Hungría, en medio del campo (hay muchas en el país magiar), con la promesa de poder trabajar allí o de que les conseguirían un buen trabajo en Austria.

Las enviaban a Austria (y probablemente, también a Alemania) donde las obligaban a prostituirse. No hablaban alemán, lo que favorecía a los criminales que las mantenían esclavizadas durante años. Ya saben cómo funciona: les quitan el pasaporte, las mantienen encerradas, las drogan, etc.

La policía de Viena explicó que, en el departamente que tenían en la capital imperial (concretamente en Viena-Leopoldstadt y Hernals), ellas "atendían" diariamente a unos 20 "clientes" (a estos hombres habría que darles un castigo ejemplar), lo que significaba, para los criminales que las tenían cautivas, entre 800 y mil euros al día. En Viena, en el "Studio", como le llamaban los criminales, la policía liberó a trece mujeres jóvenes, que fueron enviadas a sus países, donde recibirán (ojalá, no sé por qué tengo serias dudas...) ayuda y apoyo psicológico.

Si las jóvenes prostituídas se negaban a... me niego a llamarlo "trabajo"... a Uds. saben qué o se portaban mal y no eran "dóciles y obedientes", los mafiosos las llevaban de vuelta a la granja en Hungría, donde las castigaban psiquica y físicamente. Las violaban y quién sabe qué más, porque parece que faltan cinco de ellas y nadie sabe dónde están...

Todo esto se ha sabido, ya que una de las chicas (de 19) se escapó y alertó a la policía. En la "granja" de Sarkad, no sé cuántas mujeres hayan sido liberadas; pero el el "Studio" de Viena, los policías encontraron actualmente a 13 chicas prisioneras de los cafiches. Dice la policía que, cuando se hacían mayores, las mujeres eran convertidas en cómplices, ya que les encargaban el "cuidado" y vigilancia de las más jóvenes, produciéndose así una dependencia que les impedía salir del círculo vicioso de la criminalidad y denunciar los hechos. A través de la "colaboración", las mujeres esperaban un mejor trato hacia ellas, por eso, hacían lo que los mafiosos les pedían.

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