Esta semana, aparecieron el The European, dos artículos acerca de la AfD. En el primero de ellos -en aparecer- el profesor de teología evangélica de la Universidad de Mainz describe a este nuevo partido como compuesto por dos partidos distintos:
Von Professoren und Proleten = uno de profesores universitarios y otro de proletarios, en sentido despectivo de la palabra.
Dice que el control del partido está siendo perdido por los profesores que lo fundaron y con ellos, se pierda todo sentido cristiano de un proyecto político (tengo que aclarar que la clase más culta en Alemania es cristiana, a diferencia de la menos culta que es de menos cristiana a anti-cristiana).
El autor del artículo, Sebastian Moll fue -hasta ahora en que se retiró- miembro de la AfD, pese a todas las advertencias que le hicieron. Al mismo tiempo que advertencias, recibió también felicitaciones e invitaciones a seguir adelante de parte de otras personas cercanas al partido. Fue un error -reconoce- dejar la FDP (liberales alemanes) para entrar a la AfD.
Dice que la clase alta -de los profesores en el partido- hace como si no supiera nada del avance de los derechistas (en Alemania, el término derecha no es bueno y se identifica con grupos cercanos al nacional socialismo de antano; el término correspondiente a lo que en Latam llamamos derecha es más bien "conservador"). Se hacen los tontos, diría yo... porque son demasiado inteligentes para no ver lo que está pasando en la base del partido.
Dice Moll que los proletas exigen someter a los extranjeros a cursos de integración; pero ellos carecen de la más mínima cultura (alemana o de cualquier procedencia). Sí, esto es así. Dice que la pérdida del control por parte de los profesores se aprecia no sólo en el bajísimo nivel del discurso político dentro del partido, sino también en que se ha dejado de lado las ideas liberales por las que entraron al partido muchos liberales como él.
La visión del cristianismo dentro del partido igualmente da miedo. A él (no olvidemos que es profesor de teología) le gustaba el compromiso cristiano personal de muchos de los líderes del partido (se refiere a la clase de los profesores); sin embargo, de este cristianismo ya nada queda. Es más, el sector de los proletas preferiría erradicar completamente el cristianismo de Alemania.
Para los conservadores, explica, es el cristianismo, parte de nuestra cultura. Para los elementos populares, proletarios, es algo que se impuso sobre el elemento germánico popular y que no debe tener cabida en Alemania. Moll cita nada menos que al ideólogo nacional socialista
Martin Bormann, con ello nos queda claro, donde ubica políticamente a los proletas de la AfD, a saber: en el nacional socialismo.
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