El segundo de los artículos aparecidos esta semana en The European sobre la AfD (al primero me acabo de referir en AfD, entre los profesores y los proletarios), es del sentido común = la mentira del sentido común. El artículo es este: Mensch, Verstand!
Esto, porque este nuevo partido se autocalifica como el partido del sentido común. Dice que no es de derecha, ni de izquierda, sino que es de sentido común.
Con ello, explica su autor, Heinrich Schmitz, descalifican, a todos quienes están fuera del partido o se oponen a él, como si no tuviéramos sentido común.
Explica el autor -abogado penalista- que hay personas -cita a varios- que generalmente, al exponer sus puntos de vista, dicen que están basados en el sano sentido común. Aclara que esto del sano sentido común es una forma frecuente de argumentar y de descalificar a los demás.
Tiene razón en esto el abogado penalista. A lo sumo, lo usaría como recurso retórico; pero no creo que se pueda basar sin más, una defensa de mis argumentos en que yo tengo el monopolio de la interpretación del sentido común... menos aún de un supuesto "sano" sentido común.
Este sentido común sano lleva algunas veces a hacer algo y otras, a rechazarlo. En ambos casos, en el nombre de y usando el título del sentido común. Schmitz cita a otro grande del nacional socialismo (así como Moll, en el artículo anterior citó a Bormann), nada menos que a Rudolf Hess, en un discurso en Estocolmo el 14 de mayo de 1935.
En él, asegura el nacional socialista que, tanto en la política interna alemana, como en la exterior, Hitler actuó de acuerdo al sentido común (al que se refiere varias veces) y que la historia lo reconocerá.
Schmitz hace ver acertadamente que el sano sentido común no es otra cosa que el sano sentir del pueblo, al que los nazis acudían permanentemente, para justificar su política. Sí, en Alemania, las cosas tienen un determinado sentido que, tal vez, cuando no se hable alemán o no se conozca su historia. El autor cita el derecho penal nacional socialista, donde era delito todo lo tipificado como tal y también, lo que el sano sentir del pueblo determine que lo es. "por esta sola razón, el uso del término sentido común en un debate, siempre me intranquiliza". Sí, a quién no...
Explica que, un término no se convierte en malo, simplemente porque los nazis lo hayan utilizado. Sin embargo, se usa hoy en día -y también antes- como un condimento para avalar la propia opinión. Daría lo mismo decir: yo pienso, yo opino. Sin embargo, el sano sentido común se usa como un método de propaganda y como un argumento falso.
Si yo digo que el sentido común está de mi parte, advierto que todos los demás, que no sean de mi misma opinión, son unos dementes y /o se equivocan.
Schmitz, luego de citar a Goethe, a Einstein e incluso a Marx, culmina citando al Papa Francisco y enlazando un artículo sobre uno de sus sermones en una misa de manana en Santa Marta: „Der Herr befreie uns von der Versuchung des gesunden Menschenverstands“ = Que el Senor nos libre de la tentación del sano sentido común.
Lo que quere decir el Papa -en mi interpretación- es que nosotros, muchas veces, nos hacemos medida de las cosas, y rechazamos -con gran tibieza- lo que nos pide Jesús, en nombre de un propio sano sentido común. En otras palabras, el sentido común tiene mucho de subjetivismo un poco ególatra y un poco engreído; pero siempre muy tibio.
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