sábado, 18 de agosto de 2007

En San Luca tras los pasos de la Ndrangheta


El artículo del Kölner Rudschau al que me referí ayer (ver Giorgio Basile : donde hay pizza hay mafia) es este Schweigen ist erste Bürgerpflicht = "el primer deber cívico (en el sentido del más importante) es callar".

Eso es lo que se vive en la localidad de San Luca, desde donde vienen los asesinados y, problablemente los asesinos, ver foto de San Luca, de la periodista en el mismo diario

La periodista (hoy veo que ya no aparece su nombre en el artículo, tal vez para protegerla) dice que el pueblo (4.485 hbtes.) parece de cuadro del nacimiento en Belén, pero también totalmente dormido.

Cuenta que el vendedor de diarios de la plaza se enojó muchísimo cuando ella le preguntó acerca de si sabía algo de la mafia, la Ndrangheta y las muertes. Que aquí rige la Omertà => no ver, no oir, no hablar.

Los únicos que le dan información son el cura párroco (don Gennaro) y un comerciante (permanece en el anonimato) que goza de la confianza de éste. ¡Al menos hay dos personas valientes en el pueblo!

Le cuentan que la pelea entre las dos familias mencionadas ayer comenzó durante el carnaval de 1991, después de una golpiza entre miembros de los dos clanes. "A las pocas horas, ya teníamos el primer muerto".

Los asesinatos prosiguieron hasta el 2006, en que hubo un cese del fuego. Más precisamente, hasta la Navidad de ese año, en que Maria Strangio (33 años), casada con el jefe del clan Nirta fue "enviada al más allá".

Hay que fijarse, continúan los dos interrogados, en que las muertes tienen lugar con ocasión de alguna fiesta importante: Navidad, Pascua de Resurrección y ahora, la Asunción (en Duisburg).

La periodista dice que le cuentan que los habitantes de San Luca piensan que, si una persona muere asesinada, su alma no puede encontrar la paz hasta que no sea vengada.

¡Qué horror! Y esto en Europa del s. 21 ¡que se autopresenta como modelo de sociedad para todo el mundo!


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