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domingo, 14 de noviembre de 2010

Seamos consecuentes

Otro de los temas de la semana, ha sido el primer aniversario de la muerte de Robert Emke (ver Robert Enke y la depresión). Todos hablan de la comprensión hacia los deportistas quienes sufren una depresión y a quienes se exige mucho, etc., etc.

Poco después del lamentable suicidio de Robert, otro futbolista, Andreas Biermann, también reconoció públicamente que él sufría de depresiones. Pese a todos los llamados a la comprensión, etc., el mismo Andreas contó esta semana que, desde que habló en público del tema, ningún club lo ha contratado, no ha recibido ninguna oferta de trabajo, por lo que él se reorientó y comenzó a estudiar psicología.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Robert Enke y la depresión


La muerte, el suicidio del arquero de Hannover, Robert Enke, oriundo de Jena, en Thüringen (Este), donde realizó sus estudios escolares que terminó en un Sportgymnasium, nos ha conmocionado a todos.

Nos ha conmocionado a quienes nos interesamos por el fútbol y a aquellos que no se interesan. La cancelación del partido con Chile el sábado próximo, es lamentable; pero es lo único aceptable en tales condiciones.

El recuerdo de su hija fallecida a los pocos años de vida, durante una operación al corazón. El temor a perder a su hija adoptiva, precisamente por la depresión...

Su sra. dijo ayer a la prensa (admirable su apertura) que Robert no quería que nadie supiera de su depresión... No, un diario comenta esta mañana -es el segundo día que los diarios dedican a Robert Enke- que es increíble como en nuestra sociedad (aunque él se socializó en el Este, durante la época del socialismo real, donde comenzó a jugar y no en la sociedad capitalista (sic) a la que se culpa de exigir a las personas rendimiento y más rendimiento), una depresión -que merma necesariamente- el rendimiento, es considerada, poco menos que como una vergüenza.

Y no como lo que es: una enfermedad. Dentro de todo, no dejan de tener razón... Yo sé que la depresión es una enfermedad... y ojo, soy fan de Karl Tomm y muchas veces que, al menos en algunos casos, una terapia sistémica puede ser mejor que los medicamentos.

Yo estoy por el rendimiento y por él mérito, pero debe ser amable y placentero, estoy a favor de una nueva forma de entender el trabajo humano productivo.