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miércoles, 22 de agosto de 2007

La sociedad post socialista


El Kölner Stadt-Anzeiger (diario de izquierda de la región de Colonia y alrededores, incluyendo el Eifel) tiene hoy una editorial que hace pensar...

“Fue un error -dice- no haber conceptualizado al este del país -la ex-Rep. Dem. alemana-como una sociedad post-socialista, que había que volver a ganar para la democracia”.

Es cierto, en todos estos países del Este, han surgido estos movimientos mezcla de nacionalismo con socialismo... y de ello, no suele salir nada bueno.


Reclutando especialistas en computación en la India


De Haiko Sakurai, agencia de trabajo del gobierno federal alemán en Nueva Delhi.

¿Trabajar en Alemania?

El gobierno federal ofrece trabajo para:

1) especialistas en computación y electrotécnica y

2) guardaespaldas para los especialistas en computación y electrotécnica.

No puedo dejar de pensar en todos los párrocos subsidiarios de Bad Godesberg y en las monjitas de la Madre Teresa y de otras órdenes que viven y trabajan cerca de mi casa...


¿En qué se parecen la mafia italiana y la xenofobia alemana?


Un empresario del Mügeln -que prefiere no dar su nombre por temor a las represalias- dice que es terrible que hayan sido indios los atacados, porque “son laboriosos y trabajan duro = die sind fleißig und arbeiteten hart... Sicherlich gibt es dafür Neider..., continúa: „hay muchos envidiosos“. Claro, no me cabe duda que es así. Ya Sebastian Haffner habla de la envidia como una de las características que llevaron al nacional socialismo al poder.

Por su parte, el alcalde de Mügeln dice que en esta localidad no hay extremismo de derecha y que quienes agredieron a los indios no son de allí. Ah, ¿y de dónde son? Esto es tan típico de Alemania, lo he vivido en el Eifel muchas veces: si pasa algo malo se trata de ocultar y si no se puede, se culpa a los forasteros, a los del otro pueblo.

La vocera de la policía dice que, si bien, se escucharon gritos de esos típicos en contra de los extranjeros, no se sabe si el delito es un delito fundado en el odio a los extranjeros o no (!).

Después de varios días de interrogatorios, aún no se sabe nada, no se tiene claridad acerca de lo ocurrido. Supongo que será igual que con la mafia italiana (ver Giorgio Basile : donde hay pizza hay mafia) en que nadie sabe nada, no ve nada, no oye nada y no dice nada (ver En San Luca tras los pasos de la Ndrangheta).

Ayer entrevistaban a algunas personas de Mügeln que, en el típico dialecto de la gente de poca cultura de esa región, vociferaban asegurando que los jóvenes atacantes no tenían armas; pero que los indios sí tenían vidrios para atacar a los alemanes. Muy curioso, ¿por qué entonces son los indios los heridos con armas blancas y no los jóvenes cabezas rapadas?

Es probable que nunca se sepa qué pasó realmente, porque los “testigos” cuenten versiones diferentes y acomodadas a su voluntad de lo ocurrido. A propósito, aún no se sabe nada, absolutamente nada acerca de los asesinos de los seis italianos en Duisburg.

¿En qué se parece la mafia italiana y la xenofobia alemana? En que no se puede generalizar y decir que todos los italianos son mafiosos, como tampoco que todos los alemanes de la ex-RDA o DDR son xenófobos.

Pero, con el vicepresidente del Bundestag, Wolfgang Thierse (socialdemócrata, viene del Este) diría que, si bien el problema de la xenofobia es de toda Alemania, en el Este alcanza ribetes violentos (“besonderen ostdeutschen gewalttätigen Akzent”).

Por su parte, la ministra de cultura, la srta. Annette Schavan (del ala conservadora de la CDU) quéjase temiendo que esto traiga desventajas empresariales a Alemania... Ella es una de las personas que ha planteado la necesidad de la inmigración de trabajadores calificados (o cualificados, como les dicen en España) y tiene razón en este punto.


Niños y no indios


La caricatura es antigua y muestra como la hoy canciller Merkel (hoy se ve mejor, ¿no?) gracias a Dios y a su buen criterio, desechó los slogans xenófobos que le presentaron.

Sí,
Kinder statt Inder (niños y no indios) fue el grito de lucha de los demócrata cristianos, hace apenas algunos años, durante el primer período de sus entonces rivales, los socialdemócratas (me refiero al primer gobierno de Schröder).

Claro, Schröder había anunciado que se crearían las green cards (a imitación de la política de inmigración estadounidense) para Alemania, con el objeto de que viniesen al país los técnicos e ingenieros en computación que faltaban... y siguen faltando.

Y los CDU recurrieron (como tantas veces) a un argumento populista y mezclaron dos problemas: el demográfico causado por la falta de niños (implosión demográfica) y el de la carencia de expertos en computación (y, en general, la fuerza de trabajo que es cada vez más escasa, debido a la disminución del segmento activo de la población).

Como si los niños pudieran empezar a trabajar como ingenieros y técnicos en cibernética desde su nacimiento.

Todos estos slogans baratos, lanzados por Friedrich Merz (que afortunadamente abandonó la CDU después de servirse de ella para alcanzar lucrativos puestos en la empresa semipública de la energía) y también por el actual ministro-presidente de Nordrhein - Westfalen, Jürgen Rüttgers, quien popularizó este slogan en la convención de su partido el año 2000.

Como si los niños pudieran empezar a trabajar como ingenieros y técnicos en cibernética desde su nacimiento.

No puedo dejar de recordar este Kinder statt Inder, niños en vez de indios después de lo que ha pasado en Sajonia, el fin de semana.

Concretamente en Mügeln, donde un grupo de alemanes de por esos lados, probablemente entre 30 y 50 -que habían consumido bastante alcohol que es lo único que "envalentona" a este tipo de gente- atacó el fin de semana a un grupo de ciudadanos de nacionalidad india,


... me hizo recordar este y otros de los slogans populistas, con los estaban de acuerdo algunos amigos míos conservadores en aquel entonces y, lamentablemente, siguen estándolo...

Los repiten como loros, sin pensar más allá de sus cortas narices. Incapaces de reconocer que, un ingeniero extranjero que viene a trabajar a Alemania -y no son muchos los que quieren venir- da trabajo a, por lo menos cinco alemanes... según los últimos cálculos de la industria.

Hay que pensar que, de otra forma, estos son puestos que emigran al exterior, porque alguien tiene que hacer el trabajo y, si no se puede hacer dentro de Alemania, se realiza en otro país. Hoy en día las grandes empresas se lo pueden permitir. Quienes no se lo pueden permitir, son las empresas pequeñas y gran cantidad de las medianas que tienen como única solución cerrar sus puertas.

Quién tenga tiempo, que se dé una vuelta por el Eifel y alrededores: donde se puede apreciar que una empresa tras otras ha cerrado...