El Banco mundial publicó un estudio que aparece comentado hoy en toda la prensa de habla alemana (segunda o tercera página del cuerpo principal, en los grandes diarios, lo que la convierte en muy importante) y que se refiere al envejecimiento de la población en los países del Centro y Este de Europa y las enormes dificultades (=> pobreza) que tendrán debido a esta circunstancia.
La investigación se titula From Red to Grey y la encuentran -muy parcialmente, sólo sus gráficos- en el documento citado de la página del Banco (p. 16) en pdf. Estaré atenta para enlazar, más adelante, el documento completo, cuando aparezca publicado en su totalidad (si es que aparece libre).
El título me recuerda un discurso de Otto de Habsburgo que escuché (y vi) personalmente hace algunos años en que el entonces eurodiputado por Baviera decía: el color uniforme del comunismo, desde Rostock a Wladiwostock no es rojo, sino gris.
Con esto se refería a la forma de vida (y al color o más bien no-color de los inmuebles del llamado socialismo real) en estos países.
Hoy, sin embargo, el color gris, no se refiere a la tristeza vital -además de la opresión propia del régimen policial existente en estos estados- sino a la edad avanzada.
Por ej., en Alemania, el partido político de los jubilados se llama "las panteras grises", se llamaban porque no sé si está activo (la consuegra, qepd, de una sra. amiga mía era una de sus dirigentes máximas).
El estudio del Banco Mundial advierte que esta región del mundo presenta un problema sin precedentes: la implosión demográfica en la pobreza.
Sí, hasta ahora, las únicas regiones del planeta que envejecían eran las ricas del Occidente de Europa. Pero esto está cambiando y cambiará más...
Pero que envejezcan naciones pobres... eso aún no se había visto. Atención países como, Argentina, Chile y Uruguay que tienen tasas de natalidad bajo el nivel de reposición. No olvidemos que se requiere un 2,1 para conservar la población (cero aumento y cero disminución).
Hasta el 2025, la población disminuirá (en estos 28 países) en 24 millones de personas, de ellas, 17 millones son rusos. En Rusia, la tasa de natalidad está en 1,3.
A ello se suma el hecho de que un % significativo de su población activa (entre 15 y 65 años) emigra, de manera que no contribuye a la manteción del segmento pasivo de estos países.
Como contrapartida, estos son países sin inmigración, que es "lo que nos salva" apenas en Europa. (Ver Protesta contra la extranjerización en Alemania). Apenas, porque, como he señalado muchas veces, el saldo migratorio no alcanza a contrarrestar el decrecimiento poblacional.
Asimismo, la productividad de estos países es muy baja y continúa disminuyendo, lo que es un problema gravísimo adicional.
De acuerdo al estudio del Banco Mundial, en países como Polonia, el estado destina un 14% del PIB al pago de pensiones (!). Si Polonia no disminuye la edad de jubilación, el 2025, deberá destinar el 22% del PIB a estos fines, si la baja, será "sólo" un 18%, que ya es muchísimo.
En Ucrania, el problema parece que es muy grave (Ver La implosión demográfica en Ucrania), con lo que las expectativas de ingresar a la UE de este país, sin duda, disminuyen. Hacia el 2025, la población ucraniana será un 20% menos que la de hoy.
Georgia, uno de los países más pobres del mundo (gracias Unión Soviética) en el puesto 116 de las estadísticas internacionales, perderá, al 2025, 800 mil habitantes.
El Banco dice que, pese a todo, nada está aún totalmente perdido: hay que aumentar -proponen- la edad para jubilar (¿indefinidamente? llegará un día en que no haya más jubilados...).
Asimismo, los expertos sugieren invertir en educación y capacitación. Claro, pienso yo, así se aumentaría la productividad.
En todo caso, como el proceso que conduce al invierno demográfico es muy difícil de revertir, sino imposible. Pienso que es preferible no iniciarlo. Pero hay mucha gente que piensa que tener pocos hijos (o ninguno) es sinónimon de progreso. Lo que es un error...
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