Excelente! De uno de los blogs que recibió el premio de Carlos (ver Thinking Blogger Award de Historia Política y Autores), sobre Martin Niemöller:
El prisionero personal de Hitler.
No sabía que bekennende Kirche había sido traducida como Iglesia confesante...
Cito:
"En 1934, martín Niemöller tuvo ocasión de encontrarse con Hitler, cuando este hizo una invitación a los líderes de las iglesias evangélicas, con el fin de limar asperezas y aventar las críticas que recibía del sector que le era opuesto a sus designios. Hitler se mostró amigable y pretendió apaciguar los ánimos, asegurando que la iglesia evangeliza seguiría gozando de la excimisión (no será exención? Nota de aesyd) de impuestos, asi como de cobertura legal, por lo que no deberían sentirse amenazados. Pero Niemöller pidió la palabra y retrucó al Führer , rechazando el intento de sometimiento que esperaba Hitler, le dijo: “Nuestra preocupación no es sólo por la Iglesia, es por el alma de nuestra patria.”
"Nadie pareció apoyarle en tal afirmación y el silencio a continuación fue gélido , quedando en evidencia que, Niemöller no estaba hablando por todos los presentes, sino a tenor personal. De hecho, la sorpresa fue total para todos los presentes, incluido Hitler que no estaba acostumbrado a tales desafíos y que sólo se limito a responderle: “ El alma de Alemania déjemela a mi.”
(...) "En marzo de 1938 compareció en juicio. Es conocido también , que cuando el juez le increpó cómo se atrevía a desobedecer al Führer. Martín Niemöller le respondió: “No puedo callar porque mi Führer es mi Dios”.
(...) "Poco después recibiría la visita de un pastor luterano. Este se extrañaba que un hombre con el predicamento de Niemöller, que tan valientemente había servido a su país en la guerra y al que consideraba un patriota y un cristiano fiel, estuviera encarcelado. Le preguntó, entonces, incrédulo, cómo estaba allí, a lo que Niemöller contestó: “Querido hermano, viendo como están las cosas en nuestra patria , yo también te pregunto ¿Cómo tú no estás aquí conmigo?”
(...) "En marzo de 1938 compareció en juicio. Es conocido también , que cuando el juez le increpó cómo se atrevía a desobedecer al Führer. Martín Niemöller le respondió: “No puedo callar porque mi Führer es mi Dios”."
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