Queridos amigos, las palabras de Hilda (La cámara de las meditaciones) en el foro de Cardenal Meisner: Dios ama a los musulmanes, me ha convencido que es necesario presentar lo que los cristianos (los católicos y, en general, los cristianos) pensamos sobre "las otras religiones", porque me temo que hay muchos errores sobre el tema, errores que, en ocasiones, sirven para que algunos instrumentalicen el cristianismo para usarlo contra otras personas. No hay que olvidar que, como ha hecho ver el Cardenal Ratzinger-Papa Benedicto, la violencia (material e inmaterial) en nombre de Dios es un pecado grave. Entre la violencia inmaterial, se cuenta la intelectual, lamentablemente ejercida en ocasiones por algunos blogs que, en el fondo, sólo utilizan la religión para sus violentos fines.
Cito el número 2 de la Nostra Aetate (link en el artículo de ayer, enlace arriba).
2. Ya desde la antigüedad y hasta nuestros días se encuentra en los diversos pueblos una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que se halla presente en la marcha de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana y aveces también el reconocimiento de la Suma Divinidad e incluso del Padre. Esta percepción y conocimiento penetra toda su vida con íntimo sentido religioso. Las religiones a tomar contacto con el progreso de la cultura, se esfuerzan por responder a dichos problemas con nociones más precisas y con un lenguaje más elaborado. Así, en el Hinduismo los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra condición mediante las modalidades de la vida ascética, a través de profunda meditación, o bien buscando refugio en Dios con amor y confianza. En el Budismo, según sus varias formas, se reconoce la insuficiencia radical de este mundo mudable y se enseña el camino por el que los hombres, con espíritu devoto y confiado pueden adquirir el estado de perfecta liberación o la suprema iluminación, por sus propios esfuerzos apoyados con el auxilio superior. Así también los demás religiones que se encuentran en el mundo, es esfuerzan por responder de varias maneras a la inquietud del corazón humano, proponiendo caminos, es decir, doctrinas, normas de vida y ritos sagrados.
La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, por más que discrepen en mucho de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. Anuncia y tiene la obligación de anunciar constantemente a Cristo, que es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn., 14,6), en quien los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa y en quien Dios reconcilió consigo todas las cosas.
Por consiguiente, exhorta a sus hijos a que, con prudencia y caridad, mediante el diálogo y colaboración con los adeptos de otras religiones, dando testimonio de fe y vida cristiana, reconozcan, guarden y promuevan aquellos bienes espirituales y morales, así como los valores socio-culturales que en ellos existen.
4 comentarios:
Gracias, un honor!!
Por otro lado, hermosas y sabias palabras, con las cuales coincido totalmente. Ojalá las podamos llevar a la práctica siempre.
Un saludo. Hilda
sigue la Nostra Aetate, no? hoy más y también, manana!
un abrazo Hilda y gracias a ti!
¿Y cómo quedamos los ateos en eso?, ¿directo al infierno?
pienso que no... depende de cómo vivan :)
saludos y un abrazo!
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