miércoles, 24 de septiembre de 2008

Ante la pasividad de Occidente ... la invasión del llamado País de los Sudetes


De Radio Praga, más de historia: Ante la pasividad de Occidente creció el descaro de Hitler

Cito (cualquier parecido con cualquier realidad actual es... mera coincidencia):

En febrero de 1938 el Führer expuso públicamente sus propósitos con una claridad meridiana: Entre los intereses del Reich alemán figura la protección de aquellas partes del pueblo alemán más allá de nuestras fronteras que no están en condiciones de asegurarse la libertad política y espiritual con sus propias fuerzas”.

Según Hitler, en tal situación se hallaban los austríacos y los sudetoalemanes.

Prefiero llamarlos alemanes de los Sudetes... o de los llamados Sudetes, ya que ésta no es una denominación histórica.
En marzo de 1938 los soldados alemanes traspasaron las fronteras de Austria. Los políticos occidentales prácticamente no protestaron porque consideraban la anexión de Austria un “asunto de familia” entre dos países de habla alemana. París y Londres pasaron por alto el hecho de que las tropas alemanas entraron en Austria a petición del grupo de los nazis locales que habían solicitado la “ayuda fraterna” de sus correligionarios del Reich.

La siguiente víctima de Hitler sería Checoslovaquia....

El Führer había encargado al Estado Mayor la elaboración de un plan de la agresión contra Checoslovaquia ya en junio de 1937. Entró en la historia bajo el nombre de Fall Grün- Plan Verde.

Hitler se decantó por la idea de desencadenar el ataque a Checoslovaquia aprovechando una provocación, organizada por el Tercer Reich.

En la última versión del Plan Verde se hablaba de la agresión a Checoslovaquia como de una “operación relámpago basada en un incidente, por ejemplo el asesinato del embajador alemán que ocurriese en una manifestación antialemana”.

Algunos políticos y generales alemanes no estaban de acuerdo con la prisa con que Hitler preparaba la operación contra Checoslovaquia. Temían un fracaso porque no se sentían lo suficientemente armados.

Hitler sí que tenía prisa porque temía fallecer antes de poder realizar sus planes megalómanos.

La megalomanía es un deletérea en la política... y en la vida en general...
Dentro de la propia Checoslovaquia Hitler contaba con un importante aliado, el Partido Sudetoalemán de Konrad Henlein. Poco tiempo después de la anexión de Austria invitó al líder sudetoalemán a Berlín donde le dio las directrices que éste debía seguir en las negociaciones con las autoridades checoslovacas sobre la autonomía.

Henlein resumió todas las directrices del Führer en una sola frase:”!Exigir siempre tanto que no sea posible satisfacernos!”

Hitler encargó a Henlein hacer la propaganda en el extranjero, sobre todo en Francia y Gran Bretaña, presentándose como luchador por la autodeterminación nacional de los sudetoalemanes. Al mismo tiempo debía poner énfasis en que Checoslovaquia se estaba desintegrando y que no valía la pena que tal Estado siguiera existiendo.

En las regiones fronterizas la tensión fue creciendo. Del Reich venían armas, municiones y explosivos, y allí se adiestraban bandas paramilitares sudetoalemanas para realizar sabotajes en territorio checoslovaco.

A mediados de mayo de 1938 el servicio de inteligencia checoslovaco obtuvo informaciones sobre el supuesto traslado de tropas alemanas hacia las fronteras checoslovacas. Praga procedió a una movilización parcial de las fuerzas armadas.

Fue un error. Las informaciones sobre el traslado de las tropas alemanas eran falsas. Algunos historiadores opinan que se trató de una desinformación difundida por el servicio secreto alemán Abwehr.

Berlín aprovechó esta desinformación en la guerra propagandística, alegando que los checos recurrieron a una amenaza militar contra el “pacífico” Tercer Reich. El ministro de Propaganda Joseph Goebels se empeñó en presentar a Checoslovaquia como un Estado que atizaba la tensión en Europa Central con el fin de provocar una guerra.

La movilización parcial dañó la imagen de Checoslovaquia en el exterior, pero fortaleció la determinación de los checos de defender su país.

El 12 de septiembre de 1938, en el congreso del partido nazi en Nuremberg, Hitler anunció el plan que habían esperado con impaciencia muchos sudetoalemanes:

Sólo nosotros podemos asegurar sus derechos a los alemanes residentes en las tierras checas. Por eso incorporaremos los Sudetes al Tercer Reich”.

Simultáneamente exhortó a los sudetoalemanes a desencadenar una rebelión contra las autoridades checoslovacas.

Las bandas de Henlein, armadas y adiestradas en Alemania, cercaron en los Sudetes comisarías de la policía checa, aduanas, estaciones de correos y de ferrocarriles, y saquearon comercios, bares y fincas.

En las bandas militaban miles de hombres, pero cuando el gobierno checoslovaco envió al ejército a las regiones fronterizas y en algunos distritos decretó la ley marcial, Henlein y otros cabecillas sudetoalemanes pronazis huyeron a Alemania. Los disturbios cesaron.

Checoslovaquia no hizo más que imponer el orden en su territorio soberano, pero la propaganda nazi puso el grito en el cielo. Los nazis presentaban a la futura víctima de su expansionismo como un potencial agresor e instigador de la guerra en Europa Central.

A Francia y Gran Bretaña les convenía la versión nazi. Ambas potencias occidentales querían evitar a cualquier precio un nuevo conflicto bélico con Alemania. Les pareció que la mejor forma de aplacar a Hitler y salvar supuestamente la paz en Europa era entregarle Checoslovaquia en bandeja.

En la próxima edición de Legados del pasado- testimonios del presente de Radio Praga les contaremos que en septiembre de 1938 necesitaron sólo quince días para hacerlo, escribiendo uno de los capítulos más ignominiosos de la historia europea.

Que no se repita, conocer la historia es importante, precisamente para no cometer los mismos errores.


4 comentarios:

MarcosKtulu dijo...

Es un peligro esa doctrina nefasta, no solo por lo que vino poco tiempo después (la ww2) sino más adelante en los balcanes. El otro día discutía con ivancito y el caradura justificaba todo lo que había hecho Milosevic para "defender" a los serbios en croacia y bosnia, y que serbia estaba en todo su derecho de conformar una greater serbia (lease: invadir un país y anexarse parte de su territorio).

Marta Salazar dijo...

bueno, ese es el discurso ruso...

saludos Marek! y gracias!

MarcosKtulu dijo...

Pero no funciona en Osetia del sur, si ahí no hay rusos étnicos.

Marta Salazar dijo...

pero les dan pasaportes!

lo de los alemanes... es ridículo, porque si tú te fijas, cuantos alemanes de los sudetes hay que tienen apellidos eslavos y propios de esa zona;

por siglos hubo una gran mezcla y, en un momento de efervescencia étnico-nacionalistas, los políticos racistas de entonces se aprovecharon del pánico y construyeron todo este tinglado!

Además, Bohemia y Moravia, como todo el Imperio de los Habsburgo era un lugar pletórico de etnias, mezcladas entre sí a través de la historia.

El intento de llevar la idea del estado nacional a esas latitudes fue devastador... Pienso yo y bastantes otras personas por estas latitudes...

Un abrazo Markus!