jueves, 4 de septiembre de 2008

Bielorrusia, Lukaschenko y Kosulin


¿Recuerdan la película "La caza del octubre rojo"?

Algunos piensan -en Occidente- que la liberación de (ver Kosulin) y de otros presos políticos en , es una... no digamos -hay que exagerar- llamada de auxilio al mundo occidental, sino, una señal de que Bielorrusia (la última de las dictaduras en Europa) estaría dispuesta a acercarse a Occidente.

Es una pena que el gobierno ruso actual no vea en el acercamiento al resto del mundo por parte de los países ex-vasallos, una oportunidad para continuar con la cooperación, el entendimiento y el comercio entre la misma Rusia y el mundo.

Sí, tal vez más de alguien pensará que tengo mentalidad de girl guide, sí, la tengo y toda Europa occidental la ha tenido hasta ahora con respecto a Rusia. Hasta que el despertar del oso ruso en Georgia nos ha remecido fuertemente a todos.

Los euroorientales nos lo habían advertido. El analista polaco Pawel Swieboda senala: "Rusia no se ha transformado realmente, ni en el ámbito político, ni en el económico. Y no está dispuesta "dar la cara" (stellen) por su pasado. Por el contrario, Rusia continúa viviendo su propia historia".

Los rusos son -o se ven a sí mismos- como una nación orgullosa que se siente pasada a llevar durante la época de los '90. Por tal razón, Georgia no será el último capítulo de la nueva geopolítica rusa y es igualmente probable que Ucrania sea el próximo. Hace ver Swieboda.


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