Cambiemos un poco de tema... El lector Quidam o Mr. Spain quien, a propósito de nada comenzó a escribir comentarios bastante curiosos en mi blog... menciona en el foro del artículo Modales y embarazadas en München, lo siguiente:
Ya para finalizar, Sra. Salazar, le pediría que nadie me acuse de “racismo” o “xenofobia”aló Moscú!
y prosigue:
(algo que ya está muy manido y que en realidad les perjudica porque todos sabemos que es la excusa para no integrarse) y que usted no considere a Alemania su país; otra cuestión diferente es el pasaporte o la nacionalidad, pero que yo sepa, una cuestión son los Wittelsbach o los Thurn und Taxis, y otra muy diferente, los Salazar. Sé que lo entenderá perfectamente, Frau Salazar.Bueno, para quienes no sepan -y la verdad es que no tienen por qué saber- estos apellidos que menciona mr. Q son apellidos comunes y corrientes de la nobleza del sur de Alemania, probablemente los que más salen en el Hola (la revista frívola) o algo así y por eso sean conocidos en España.
A los Wittels..., en estas latitudes, no les llamamos así, sino "los Bayern". Pero, esto no tiene por qué saberlo un extranjero como él. Entre paréntesis, me permito agradecerle sus comentarios, ya que, con ellos, nos ha dado la oportunidad de rectificar tantos errores sobre Alemania...
De partida, hay que reconocer que pocos estratos socioculturales son más abiertos a acoger a "los extranjeros" como la nobleza alemana (tanto la católica, como la protestante). De hecho, pocos sectores de la sociedad alemana son más multikulti y tienen más lazos familiares y de amistad con extranjeros (europeos y no europeos, especialmente americanos, pero también del Asia) como los miembros de la nobleza alemana, húngara, austriaca, holandesa, checa, del Báltico, etc., etc. Para ello hay una explicación que dejamos para después... Esta apertura mental es algo muy positivo que podemos destacar de los miembros de "las familias", como se autodenominan.
La nobleza alemana tiene un medio de comunicación: el Adelsblatt, en la foto. Estos son algunos ejemplares del último tiempo, pertenecen a un amigo (de la nobility claro) y están en mi casa. Yo los leo sólo por excepción (sinceramente, no me interesan mucho quién fue a tomar té a la casa de quien o quién se casó con quien o qué tal fue el baile no sé dónde o la historia de no sé qué castillo). Únicamente lo leo cuando hay algún artículo de relaciones internacionales o política internacional. De algún buen periodista o analista o de "alguien importante" que tiene información de background a la que no llega cualquiera... O bien, cuando algún amigo escribe en el Adelsblatt.
La foto la tomé un día por la mañana (antes de ayer) y... salió así, los barrotes no tienen ningún significado... sólo son la sobre de la reja del balcón de mi dormitorio :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario