Recomiendo este post de Radio Praga, Múnich 1938: paz para Europa al precio de la deshonra
Cito: ”No creía posible que sus aliados me fueran a entregar Checoslovaquia en bandeja”, comentó Adolf Hitler después de que Francia y Gran Bretaña le dieran su visto bueno, en la Conferencia de Múnich, para que ocupase las regiones fronterizas de Checoslovaquia, los Sudetes. Antes de la cumbre de Múnich, celebrada el 29 de septiembre de 1938, Hitler pregonó que la anexión al Reich de las regiones checoslovacas, habitadas por los sudetoalemanes, sería su última pretensión territorial en Europa y que después reinaría en el continente una paz duradera. El primer ministro francés, Édouard Daladier, y su homólogo británico, Neville Chamberlain, tragaron el anzuelo (...).
El 20 de septiembre el gobierno checoslovaco rechazó la exigencia conjunta franco-británica de ceder los territorios. Ambas potencias recrudecieron la presión. Sus embajadores despertaron al presidente de la República, Edvard Beneš, en medio de la noche.
El diplomático británico le advirtió, a las dos de la madrugada del 21 de septiembre, que si Praga no aceptaba la incorporación de las regiones fronterizas a Alemania, las tropas nazis invadirían de inmediato Checoslovaquia. En ese caso Gran Bretaña no podría asumir ninguna responsabilidad.
”En estas condiciones podemos defendernos sólo durante un corto período y con grandes pérdidas. No se debe olvidar que los alemanes atacarían también desde Austria, y en la frontera checo- austríaca no tenemos fortificaciones. Además, hay que contar con la hostilidad de Hungría y Polonia”.
El 27 de septiembre Hitler dio la orden de poner en marcha el Plan Verde de la agresión militar a Checoslovaquia. Dos días después los soldados alemanes debían traspasar las fronteras checoslovacas.
Adolf Hitler, su aliado Benito Mussolini, el primer ministro británico Neville Chamberlain y su homólogo francés Édouard Daladier se dieron cita en Múnich el 29 de septiembre de 1938. Joseph Goebbels comentó el transcurso de la cumbre cuadripartita en su diario en estos términos:
”El Führer concebió muy hábilmente esta conferencia como un diálogo entre las grandes potencias mundiales. De este modo los checos quedaron relegados al segundo plano. Nadie negoció con ellos, sencillamente tuvieron que tragárselo”.
Hitler afirmó en su intervención en Múnich:”La existencia de Checoslovaquia en su configuración actual amenaza la paz en Europa”.
Sus interlocutores aceptaron esta visión del Führer de la situación en Europa Central. Daladier y Chamberlain estamparon sus firmas al pie del Tratado de Múnich que entregaba a Hitler las regiones fronterizas de Checoslovaquia.
Ya que también Hungría y Polonia querían arrancar una tajada en el desmontaje de Checoslovaquia, este país perdería tras la Conferencia de Múnich un 30 por ciento de su territorio.
El 30 de septiembre de 1938 el presidente Edvard Beneš y el gobierno checoslovaco, agobiados por la traición de los aliados franceses y británicos, aceptaron el Tratado de Múnich.
Con la agresión de Hitler a Polonia, el 1 de septiembre de 1939, estalló la Segunda Guerra Mundial.
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