Un amigo me prestó una revista de la KAS, de septiembre de 2003, para que lea el artículo de un primo o tío o algo así suyo recientemente fallecido, político y banquero, con una vida bastante agitada, Peter von der Heydt Freiherr von Massenbach (la longitud del nombre se explica porque fue adoptado).
El 2003, ya estábamos en crisis económica (al menos económica) en Alemania (y lo peor aún no había llegado) y v. der Heydt inicia su artículo con las siguientes palabras (traducción muy libre):
Todos saben que, en realidad, no es posible, a la larga, vivir sobre sus posibilidades, esto es, gastar permanentemente más de lo que se gana. Este principio vale no sólo para personas naturales, familias y empresas, sino para todas las instituciones que trabajan con dinero, esto es, evidentemente, también para las instituciones estatales y para el mismo estado.
Sin embargo, desde hace tiempo, toda una generación del pueblo alemán ha vivido bajo la ilusión de que, en el ámbito de las finanzas públicas, rigen otras reglas. Peor aún, una mayoría de los votantes ha reprimido todas las advertencias de los economistas de la minoría de los partidos políticos (...) en el sentido de volver a la disciplina fiscal.
El gobierno federal y los parlamentos de los últimos treinta años se inclinaron (...) ante la ilusión mayoritaria de la mayoría del pueblo de que el estado es una especie de San Nicolás (p. 47).
Therapie mit bitteren Pillen, en Die politische Meinung N° 406, 2003/09, ISSN 0032-3446, p. 47 a 50.
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