miércoles, 21 de abril de 2010

Mixa, Mixa, Mixa


No sé por dónde empezar... varias veces he querido escribir sobre el tema, pero los hechos -que ocurren día a día en la causa Mixa- me han sobrepasado.

Comenzaré por la mitad: el viernes pasado estábamos un grupo de amigos en un restaurant. Por razones que sería muy largo explicar aquí, una de las participantes tenía que ver el famoso Tageschau de ese día y los buenos de los húngaros dueños del local, nos instalaron un televisor extra ;)

La noticia que ella esperaba no fue transmitida; pero tuve que ver al obispo Mixa reconocer que él sí había pegado Ohrfeigen (= Claque, en francés, Slap en inglés... no sé cómo se llaman en castellano, ya que no hay art. en Wikipedia; dix me dice que se llama bofetada o cachetada en la lengua de Cervantes) a niños cuando era párroco de algún pueblo bávaro.

Mi amiga, super comprensiva -es profesora de colegio y evangélica- explicó que, en aquel entonces, no era raro golpear a los niños como método de educación.

Sí, si el obispo de Augsburg y obispo militar hubiera reconocido desde un comienzo, que había pegado cachetadas a los niños a su cargo como párroco (a una le pegó, contó ella misma, porque la pilló fumando), el caso no habría pasado a más.

Pero el obispo ha pasado semanas negándolo todo y asegurando que tiene "un corazón limpio" (increíble el lenguaje).

Lo que más nos molesta -y nos duele- a los fieles y a los infieles es la mentira. Si lo hubiera reconocido, si hubiera dicho "yo les pegué a los niños, perdón". Hubiéramos dicho todos -o casi todos- errare humanum est, en esa época era habitual (en los '70, se dice que dos tercios de la población alemana estaba de acuerdo con los golpes) el caso no habría pasado a más... Pero negar insistentemente que él no hizo algo que sí hizo... y tener que reconocerlo después...

Antes de ayer, se reunió con el Consejo de Sacerdotes (Priesterrat, tampoco hay artículo en español, ¿quién lo escribe?) de Augsburg y pidión perdón por todo el mal que haya hecho. La reunión fue a puertas cerradas. Lo que está igualmente mal, ya que al obispo Mixa nunca lo han asustado las luces de las cámaras y los micrófonos... Él que se atreve a corregir a todos los demás... incluso y la ministra v. der Leyen, ahora cae en esto. Una declaración ante las cámaras habría sido lo menos que podría haber hecho.

Hoy se sabe que, tanto el arzobispo Marx (München- Freising), como el arzobispo Zollitsch (Pdte. de la Conferencia espiscopal), esto es, dos pesos pesados de la curia, le han propuesto -insistentemente y desde hace varios días- al obispo Mixa que se tome un Auszeit (en deporte, es un tiempo muerto). Que se vaya de retiro... por un tiempo largo.

Entretando el Diözesanrat (Consejo de la diócesis) de Colonia (como abogado, puedo decir que son incompetentes para ello) le ha propuesto derechamente que renuncie.

Entre paréntesis, si Walter Mixa naciera hoy, sería polaco, ya que nació en Alta Silesia, hoy Polonia.

Veremos qué pasa mañana en la Saga Mixa. Si renuncia... Si renuncia temporalmente. ¿Será posible un modelo así, de retirarse parcialmente en forma anticipada? En el derecho laboral alemán, es posible.


No hay comentarios: