Otto Hahn cuenta que, cuando los nacional socialistas expulsaron a los profesores e investigadores judíos de la sociedad científica y de las universidades alemanas, preguntó a Max Planck (no sé si saben que su hijo Erwin fue condenado a muerte y ejecutado, por su participación en el levantamiento del 20 de julio), si él podría reunir a 30 profesores alemanes que firmaran una carta con su repudio a la medida.
Cuenta que Planck le respondió: si encontramos a 30 profesores que firmen la declaración de repudio, inmediatamente tendremos a 150 que firmen a favor de la medida, ya que quieren ocupar las cátedras de los 30 primeros.
Detesto el oportunismo y la falta de principios.
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