La noticia comenzó a correr esta semana en internet y entre ayer y hoy, ha comenzado a salir en los medios de papel. En una comarca lejana del Norte de Alemania, denominada Elmshorn, en Schleswig-Holstein, un lugar donde nunca he estado, pero me imagino cómo es su situación demográfica (el invierno eterno), el domingo en la mañana, una joven mamá de 24 años, viajaba con su hija de tres meses en un bus, hacia la casa de sus suegros.
La niñita comenzó a llorar lo que, a los tres meses es algo normal. Esto molestó a dos mujeres ya mayores (en castellano, dos ancianas) que viajaban en el bus, quienes comenzaron a quejarse (conozco a muchas de estas personas, no crean que las viejecitas alemanas son como nuestras dulces y buenas abuelitas) amargamente porque les molestaba el llanto de la criatura. No se sabe si alguien defendió a la mujer joven en el bus; en circunstancias similares, me ha tocado ya varias veces defender a los jóvenes. Se quejaron tanto que el chofer del bus tuvo que expulsar a la joven mamá con su guagüita o bebita del bus.
Tuvo que irse caminando (mañana fría de domingo) unos 15 minutos a la casa de sus suegros... La noticia llegó a los medios y la empresa de buses tuvo que llamar a la joven mamá y disculpars, dicen también que le enviarán una carta de disculpa. Sobre el chofer, dice el jefe de la empresa, que no regresará a la misma, sino hasta finales de esta semana, entonces, hablarán con él, PLOP! ¿Y no puede llamarlo por teléfono? Yo lo echaría inmediatamente de la empresa, causales hay suficientes. Además, lo defiende y dice que es un "chofer con mucha expreiencia", ah, es otro viejo.
En el Flensburger Tageblatt, el diario local, la joven señora dice que "a mucha gente mayor le molesta el llando de mi hija y me dicen groseramente que la tengo que hacer callar". Claro, esa generación o no salía de la casa o le daba calmantes a sus hijos...
Se imaginan los comentarios de la gente sobre el caso... Mejor no los reporoduzco, pero tienen que ver con el tema eutanasia.
3 comentarios:
Estas ancianas no saben que existe el mp3. Yo cada vez que tengo que viajar en trasporte público es lo primero que me aseguro de llevar. A veces me he olvidado el celular pero el mp3 no. Sin eso muero. Pero sé que no me puedo quejar. Es un niño y quien en el futuro me mantendrá cuando sea anciano. Así que más respeto con el jefe...jaja!!! Me
pongo el mp3 en los oidos y listo.
Saludos.
Mejor que un MP3 sería pensar que nos han tenido paciencia a nosotros y que cuando viejos nos tendrán paciencia los demás. Eso se llama humanidad, creo yo, vernos como necesitados unos de otros.
¡Qué mundo, señora!
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