Las razones por las que se critica que Ackermann (El futuro del Deutsche Bank) asuma como jefe del Aufsichtsrat o junta de vigilancia del Deutsche Bank, en circunstancias que viene del Vorstand, es que la Ley de sociedades por acciones, lo prohíbe, legislación que rige desde hace dos anos y es una implementación de un principio de la llamada gute Unternehmensführung o buen manejo empresarial.
Se dice -y es lógico- que un gerente que ha tenido responsabilidades en los megocios diarios y en la estrategia de la firma, mal puede controlar a los gerentes, ya que, en el fondo, se controlaría a sí mismo, sus propia estrategia y sus propios negocios.
La ley tiene una sola excepción y es el caso de las empresas familiares (de las que existen en Alemania, más de las que una se imagina... entre otras razones, porque los multimillonarios alemanes viven mezclados con todos los demás y no en reductos como ocurre, lamentablemente, en muchos países), en que se recurre a esta solución para permitir la continuidad dentro de la empresa familiar. Para ello, hay que cumplir una condición consistente en que el 25% de los accionistas nominen a la persona en cuestión, como candidato/a para el Aufsichtsrat. En el caso del Deutsche Bank, esto no será difícil...
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