Ayer en el FAZ an Sonntag, apareció un interesante artículo acerca de la legitimidad de los empleadores alemanes de exigir el dominio -de palabra y escrito- de la lengua alemana por parte de sus empleados. En él, se citada el caso de un espanol que fue despedido por no hablar alemán -pese a estar en un puesto en que lo necesitaba- y que se negaba a aprender el idioma por sus propios medios, después de que la firma le había pagado un curso.
Sí, deutsche Spache, schwere Sprache, como se dice por aquí... El caso es el siguiente (a continuación, resumo para Uds. esta excelente explicación): el demandante un espanol, nacido en 1948 en Espana y que creció en este país. El ano 1978 entrá a trabajar en la empresa demandada. En agosto de 2009 se abrió el proceso de insolvencia de la empresa automotriz (aprox. 300 empleados). El demandante estaba a cargo de 20 ó 30 personas en labores de empaque y control de producción. La empresa dice que debía someterse a las instrucciones que le daban, como dar instrucciones a los empleados a su cargo.
En una descripción de su trabajo, de 2001, firmada por el demandante, se senalaba expresamente que el puesto de trabajo requería hablar, leer y escribir alemán. Sin embargo, en la práctica, los jefes se dieron cuenta que el trabajador no realizaba bien su trabajo, sino que cometía muchos errores, ya que no podía leer alemán. De modo que su trabajo debía ser realizado por otra persona.
La firma le pagó, en septiembre de 2003, un curso de alemán, realizado en horas de trabajo. El profesor recomendó continuar con los cursos. Lo que el empleado rechazó. En julio 2004, la empresa la propuso participar en un seminario, dentro de la misma empresa, para aprender alemán, al que el demandante no asistió.
La empresa realizó, una auto-prueba que el mismo trabajador realizó, logrando la calificación insuficiente.
En septiembre del 2005 advirtió la empresa que debía mejorar su alemán. En febrero del 2006, le advirtió que, si no lo hacía, podría ser despedido. En abril 2007 una auditoría llegó a la conclusión de que el demandante no se hallaba en la situación de responder a los pedidos de los clientes, ni de respetar las especificaciones.
Finalmente y después de este lartgo camino, el 18 de mayo de 2007, fue despedito con la anuencia del consejo sindical.
El trabajador demandó a la empresa por discriminación por razones étnicas. El tribunal de Hamm falló en su contra, hizo ver que no hay discriminación y que la empresa puede perfectamente exigir el dominio del idioma alemán. Y lo condenó a pagar las costas. A su favor, los jueces consideraron su avanzada edad y la larga pertenencia a la empresa.
Para mí, el fazit es que, en nuestro mundo tecnológico y altamente calificado, un trabajador que simplemente se queda anclado en el mundo mental de los '70, simplemente, no puede sobrevivir en el mundo del trabajo de hoy.
El artículo del FAZ hace ver que hoy en día, en las empresas medianas se supone que todos hablan y escriben en inglés. De manera, que además, del alemán, los nuevos guest workers deben saber inglés.
Agua Maldita
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Hace 3 años
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