Por primera vez, desde la revolución, un gobierno es reelegido en Polonia. La Plataforma Ciudadana (Platforma Obywatelska, PO), partido liberal-conservador y pro-europeo del primer ministro (de origen kaschubo, al igual que Günther Grass) Donald Tusk ganó las elecciones.
Aunque aún no están contados el total de los votos (casi 2/3 esta manana), la "plataforma" obtuvo el 37,5% de los mismos. El clerical PiS (Justicia y derecho) de Jaroslaw Kaczyński (conocidamente más extremista que su hermano, fallecido en el accidente de Smolensk), logró un 30%, especialmente entre la población de mayor edad y en la provincia, sobre todo en el Este, la zona más pobre de Polonia.
De partida, no me parece nada bueno -más bien, me parece muy mal- esa mezcla entre religión y política y ese aprovechamiento de la de por parte de políticos clericales, con mentalidad de partido único, que viven en el pasado y no conocen el Concilio Vaticano II, ni respetan la libertad y el pluralismo de l@s hij@a de Dios, ni conocen la autonomía de las cosas temporales, de que nos habla el Magisterio de la Iglesia católica.
Tampoco me gusta el patrioterismo estúpido que vive de los resentimientos en contra de alemanes (ver La conspiranoia de Jaroslaw Kaczyński - un capítulo más), de rusos y quién sabe de qué más. Como detesto el biologismo que lleva a desprestigiar a Tusk debido a que su abuelo fue llamado a la Wehrmacht, donde duró tres meses, para después desertar e incorporarse al ejército polaco en el exilio. Pero esto, lo callan. Ni que los abuelos hayan sido trabajadores forzados de los nacional socialistas o hayan sido recluidos en el campo de concentración Stutthof No, no importa para el PiS, ni para Kaczyński. Después de todo, los únicos patriotas verdaderos polacos, son ellos (sic).
El Movimiento en apoyo de Janusz Palikot (Ruch poparcia Palikota, RPP) logró -apenas después de un ano de existencia- un 9,8%. Palikot es un populista, salido de la Plataforma que, para él, es muy conservadora. Es un personaje bastante scary y, sin duda, un provocateur. Es, por una parte, un ultraliberal (legalización del cannabis y otras malas hierbas); pero también aboga por la solidaridad dentro de la sociedad. Sus electores son preferentemente jóvenes. No podría aliarse con la Plataforma, ya que sus planteamientos se distancian demasiado.
Por último, el Partido de los campesinos (PSL, conservador, de centro), llegó al 9,5%. Hasta ahora, el partido aliado de la Plataforma en el gobierno. Muy probablemente lo seguirá siendo.
Para redondear el 100%, el SLD o Asociación de Izquierda, obtuvo el 8,2%. Se puede pensar que el gobierno, en algunas ocasiones, buscará el voto parlamentario de esta última colectividad.
Reflexiones sobre una nueva constitución para Chile, por Javier Edwards
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*Recibí este texto por whatsapp. Copio lo que recibí. Supongo que será de
Javier; pero no estoy segura, ni tengo cómo comunicarme con él para
preguntarle....
Hace 4 años
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