viernes, 27 de enero de 2012

Importemos el capitalismo escandinavo;)

Los invito a leer: ¡Viva el capitalismo nórdico! ¡Importémoslo!

5 comentarios:

Carlos F. dijo...

Hola Marta: justo estaba tratando este tema en otro blog hace unos días. Me refería a la fascinación que tiene el mundo en crisis con el milagro del bienestar escandinavo. Y creo que hay algo que se escapa o que no se toma en cuenta cuando se lo analiza: y es la relación entre recursos y el tamaño de la población a la que se vuelcan. En este otro blog yo decía que no es lo mismo un país de 5 millones de habitantes que uno de 50 millones, que uno de 500 millones. Lamentablemente soy de los que creen que el modelo escandinavo funciona porque son muy pocos habitantes. Estoy convencido que no funcionaría si fueran 50 millones de habitantes los escandinavos. A mayor cantidad de habitantes, mayor es la complejidad de la estructura productiva necesaria para organizar el trabajo y menor es el nivel de vida de la población. En resumen, que el modelo escandinavo no podría se exportado ni trasplantado a otro lado.
Saludos

Marta Salazar dijo...

Hola Carlos! Estás seguro que no es simplemente una excusa? Yo probaría... apostaría;)

No te animas...? Anímate! a escribir un comentario en Planisferio!

Un abrazo fuerte!

koppieop dijo...

Hola Marta y Carlos, estoy de acuerdo en diferencias según el número de actores en la economía. Espero no parecer demasiado simplista si me animo a preguntar: si los 500 millones de habitantes de Equislandia repetaran lo que nuestro amigo Agustín Mackinlay señala con tanta insistencia, el imperio de la ley, ¿ellos no podrían obtener resultados similares a los 5 millones de suecos?

Saludos,

ederico

Marta Salazar dijo...

buen punto querido Federico;)
Oye y si Carlos y tú comentan esto mismo en Planisferio? Bitte...:)

Un abrazo!

koppieop dijo...

Qué tal Carlos, ¿qué opinas sobre esta propuesta? No sé como se maneja la publicación. Seguramente tu experiencia será mayor, ¿puedo dejarlo en tus manos?
Tengo otra observación: Más de una vez he oído la expresión de deseos “si pudiéramos reemplazar a todos los argentinos (y otros latinoamericanos) por nórdicos, las cosas aquí andarían mejor”. Podría ser. Pero no sólo es imposible de llevar a cabo semejante cambio sino que, además, no es necesario. Lograríamos el mismo resultado favorable que los escandinavos, con otra utopía: cuando los habitantes de este continente respeten las leyes y – en consecuencia, a las demás personas.
Espero tu comentario, saludos,

Federico