Me gustaría citar la columna de Álvaro Vargas Llosa,
El delirio y el dinero, de febrero de este ano, en lo que respecta a Europa... y al mundo:
Si uno revisa los diarios de 2008, cuando estalló la burbuja, verá que todos los dirigentes importantes del mundo dijeron que no caerían en el proteccionismo para superar la crisis. Pero eso es exactamente lo que empezaron a hacer desde aquel momento. Aunque en muchos casos usaron el arma arancelaria, el método de preferencia fue la devaluación de la moneda a través de políticas inflacionistas. Una forma de medir el impacto, por ejemplo en el caso del dólar estadounidense, es comprobar que el precio del oro se ha duplicado desde 2008. Estados Unidos no fue el único. Lo hicieron muchos otros. Ahora, sin embargo, todo ha adquirido una dimensión más explícita, probablemente por el arranque dramático del gobierno de Shinzo Abe en Japón, que además de anunciar un estímulo fiscal de 10.3 billones de yenes ha presionado al Banco de Japón para que infle la moneda (el yen ha perdido valor en pocos días). También porque empiezan a sentirse con más agudeza en el mundo los efectos de las políticas de creación frenética de dinero que llevan ya unos años. Esto continuará, a juzgar por las voces que se alzan en Europa.
Ver también, en otro de mis blogs:
La devaluación es la forma más tonta de pretender ser competitivos
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