La noticia con que nos despertamos esta manana -si se puede comentar así las noticias que nos despiertan; pero que parecen una pesadilla es: Putin cambia la doctrina sobre la Marina de Rusia.
Ya el encabezado nos hace presagiar que no puede tratarse de nada bueno. En un discurso en la Zona de Kaliningrad (otrora llamado Königsberg, la ciudad de Kant), Putin habla de dirigir la vista hacia en Atlántico y hacia el Ártico.
En esas regiones, debería aumentar la presencia rusa. Para ello, se planea la construcción de una flota de rompehielos atómicos, cuyo primer buque debería zarpar el 2017.
Los recursos naturales del Ártico están, desde hace ya anos, en la mira putiniana. Los intereses económicos rusos (en torno al gas, al petróleo y al hierro que los rusos suponen en el Polo Norte) irán acompanados de la nueva flota atómica de guerra, según se establece en esta nueva doctrina que calificaría como militarista-económica.
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