miércoles, 19 de septiembre de 2007

La rueda de los elefantes: Merkel - Schröder - Westerwelle


Ya que, como decía maty del Nauscopio, lo prometido es deuda y esto lo prometí en el post anterior (ver La noche del recuerdo 18 de septiembre del 2005 : después de las elecciones Schröder quiere seguir como canciller).

Mi post de hace exactamente dos años, recordando lo ocurrido la noche anterior en la rueda de los elefantes:

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Ayer, ARD y ZDF, los dos canales de TV más importantes del país (ambos de la televisión pública, esto es, estatal) transmitieron la rueda en que los jefes de los partidos que obtuvieron más del 5% en las urnas, se sientan a conversar.

Schröder nos sorprendió a todos, nos alegró la noche. Queríamos seguir escuchándolo, una y otra vez, por esa Schadenfreude -para usar la palabra tomada del alemán que se ha popularizado en el idioma inglés después del huracán Katrina- que da ver a alguien que está realmente fuera de sus cabales.

O, como dijo -inmediatamente después y en los mismos medios oficiales- el periodista de televisión ya retirado y que se puede permitir decir algo así sin temer perder su trabajo Friedrich Novottny, llamado Mr. Bonn: "la actitud del Sr. Canciller ist mehr als peinlich", frase que se puede traducir como "más que vergonzosa".

Resulta que, si la CDU/CSU obtiene la mayor parte de los votos, le corresponde a encabezar una coalición de gobierno. Esto significa que la Sra. Merkel sería canciller. Ello es una costumbre en el Derecho Público alemán, en que esta fuente de derecho (me refiero a la costumbre) juega un papel sumamente importante, me atrevería a decir que, más importante que en la mayoría de las legislaciones del mundo.

Siempre ha sido el partido que obtiene el mayor número de sufragios quien elige al o la canciller, independientemente de la coalición de gobierno que se constituya en definitiva, esto es, independientemente de con quién se alíe.

El año 2.002, la Unión y la SPD tuvieron, ambos el 38,5%, alcanzaron exactamente el mismo resultado y Schöder no dudó en aclarar que "aún con una diferencia a su favor de 6.000 votos, él gobernaría". Qué Schröder continuara "gobernando", se (lo) debe sólo a que los verdes obtuvieron un 8,6%, más que el 7,4% de los liberales. Sin éstos hubiesen obtenido más votos que los verdes, Stoiber hubiera sido canciller.

Pero resulta que ayer en la noche y para sorpresa de todos -hasta de los periodistas- Schröder anunció que él había ganado las elecciones y continuaría gobernando (?). Como minutos antes había anunciado, ante una enardecida y autosugestionada masa de su partido, que él había ganado, "a pesar del poder de los medios que habían estado en su contra" (lo que no deja de sorprendernos, pues los medios -salvo en Baviera y los diarios de Elfriede Springer- se alinearon masivamente tras Schröder- y había hablado despectiva y desafiantemente de una campaña de la mediocracia en su contra, frente a la cual se habría levantado el pueblo, quien le habría dado a él la victoria.

Los periodistas entrevistaron primero a la Merkel (que estuvo realmente muy bien toda la jornada, aunque se la veía muy cansada), en su calidad de ganadora, quien anunció que, aunque a ella y a su partido les hubiera gustado formar una coalición sólo con la FDP; pero, como las cifras no alcanzaban para la mayoría absoluta, estaban obligados a buscar un tercer partner. Por consiguiente, ellos hablarían de una eventual coalición con todos los partidos democráticos, esto es, con todos los partidos, menos con el partido de izquierda, que la Sra. Merkel conoce bien, por está formado -según propia confesión- en un 80% por los miembros de la SED, el partido único de la Rep. Democrática alemana.

Luego habló Schröder -que ya había empezado a disvariar- y dijo que él había ganado y que hablaría con todos los partidos democráticos, menos con los de izquierda -claro, él tiene una gran animosidad en contra de Lafontaine- repitió lo que recién había dicho la Merkel.

A continuación, Westerwelle dijo que los liberales no se aliarían, por ningún motivo, con los socialistas (por aquello que había anunciado ya el jueves pasado en Westerwelle en Bonn: "no nos aliamos con fracasados"). Hay que destacar que los liberales han obtenido su mejor o uno de los mejores -tengo que comprobarlo- resultados históricos en las urnas, de manera que Westerwelle está seguro en la jefatura del partido. Si hubiera obtenido un resultado pobre, él y Gerhardt hubieran tenido que abandonar la "plana mayor" de los liberales alemanes.

Por su parte, Joschka Fischer (verde) señaló que ellos no tenían ningún problema en irse a la oposición. Joschka y Schröder estaban sentados al lado y era impresionante ver como Joschka se alejaba, alejaba su voluminoso cuerpo del de Schröder. Estaba sentado inclinado hacia el lado contrario al hasta ahora canciller, lo que revela -en este tipo de gente del new age, el lenguaje corporal es muy importante- que hay una brecha muy grande entre ambos políticos y entre ambos partidos.

Esto dió pie al periodista (Herr von der Tanne?) para preguntar a Schrödi: "¿Cómo se posible que Ud. diga que ganó las elecciones y que seguirá gobernando, si señala que no se aliará ni con los de izquierda, ni con los liberales? Si su partido quiere seguir en el poder, le queda sólo la gran coalición como única alternativa y ella sería liderada por la Sra. Merkel y no por Ud.?" ¿O Schrödi piensa que porque él es hombre, la Merkel tiene que ser su segunda y él mandar? El hasta ahora canciller respondió: "von der Tanne (sin decirle Sr. von der Tanne, lo que en alemán es una mala educación imperdonable) yo seguiré siendo canciller".... y ahí ya todo terminó en un caos.

Schrödi interrumpía a los periodistas, incluso al amigo mío que tenía a mi lado le pareció escuchar que Schrödi, en medio de un griterío le decía al periodista -que se negaba a tratarlo de Sr. Canciller (claró, él no le había dicho Sr. von der Tanne)- "llámeme como quiera, si quiere, llámeme Arschloch" (perdón) que es una palabra bastante grosera. De esto no estoy segura, era tal la algarabía entre Schrödi y los periodistas que no pude escucharlo tan bien, habrá que leer Titanic, la revista de sátira política...

Le tocó el turno a Westerwelle que fue insistentemente interrumpido por Schrödi. Westerwelle le dijo, riéndose con muchas ganas (a estas alturas, todos los de nuestra Wahlparty también nos retorcíamos de la risa): "No sé qué habrá hecho Ud. antes de venir a esta rueda, colega Schröder" (no más Sr. Canciller) y lo repitió dos veces. Los lectores se imaginarán qué es lo que insinuaba Guido y lo que pensábamos todos; además, Schrödi, el ex-canciller tiene fama de ser "bueno para eso".

No escribo en lo que estoy pensando, por temor a una demanda, ya que se sabe que Schröder demanda con demasiada facilidad, como cuando demandó a los periodistas que divulgaron que se teñía el pelo y logró, mediante esta acción judicial, prohibir a los medios que, ni siquiera insinúen que se tiñe el pelo. Sin duda un tema muy importante, propio de un estadista.

Schrödi, que ya no podía hablar cuerdamente, se equivocó y le dijo Herr Weste, esto es Sr. Weste, a lo que Westerwelle respondió Sr. Schö y se rió nuevamente con una risa terriblemente contagiosa. Sin duda, su buen humor es algo que distingue a Guido de la graaaaan mayoría de los políticos alemanes.

El otro que estaba en la rueda era Lotha Bisky, jefe del partido de izquierda, un ex-funcionario de la SED, del régimen comunista de la DDR o RDA. No lo había escuchado nunca, claro, hasta ahora era un político sin ningún significado, gracias a Lafontaine, su partido subió sus resultados electorales en el Occidente de Alemania. Como decía un amigo mío, en realidad bajó sus resultados pues obtuvo sólo un 8,7% (más que los verdes) que es mucho menos que el 99% que obtenía en la época en que ejercía en monopolio político en el Este.

Parecía un poco perdido en esta ronda que le quedaba grande a un funcionario gordito, correctamente vestido (contrastaba enormemente con el look informal de Joschka) de pelo corto, con un corte militar, que él debe conocer de la época en que el ejército soviético ocupaba el Este del país. Según las estadísticas, un 25% de sus votantes son desempleados.

Joschka -y esto ya es más significativo- señaló que él no descarta una alianza con la Unión, con demócrata y socialcristianos, "después de todo, la gran mayoría de nuestros adhrentes, viene de la gran burguesía, como yo mismo". Agregó: "Jamaica me trae buenos recuerdos". Con esto, creo que está todo dicho: es probable que caminemos hacia una coalición entre la Unión, los liberales (que se han convertido en el tercer partido más importante de Alemania) y los verdes. Ver: La coalición de Jamaica

Una última palabra acerca del hasta ahora Caciller Schröder. No puede dejar de dar pena ver a un hombre que ha sido tantos años jefe del gobierno de uno de los estados más importantes de Europa y que se ha atrevido a oponerse, con cierto éxito, incluso a los EEUU, en el estado en que lo vimos ayer.

Asimismo, no puede dejar de ser muy triste ver a una persona tan terriblemente aferrada al poder, que se queda pegada a su asiento de mando, pegada a cualquier precio, incluso al precio de perder toda su dignidad. ¿No dicen los ingleses que el poder corrompe?


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