Pisa

Yo no sé si en todos los países se recibirán los resultados de los estudios comparativos internacionales como en Alemania.

Resulta que algunos políticos de la gran coalición y en puestos altos de gobierno, han propuesto, desde que se destituya al director de la sección de los indicadores de educación de la OECD, Andreas Schleicher (es la proposición de la demócrata cristiana Karin Wolff, soltera y sin hijos hijos), porque "haría un gran daño a la OECD" (la aseveración es de la Ministra federal de Cultura, Annette Schavan, igualmente, soltera y sin hijos).

Sin embargo, la gente del gobierno ha estado entregando, desde la semana pasada, información sobre el estudio, pero de a poco (lo que se llama en Alemania, la "táctica del salame") en que tratan de quedar bien. Recuerdo hace unos días a la srta. Schavan, felicitándose de lo bien que estaba Alemania en el tema educación, según los presuntos resultados del Estudio.

Recién hoy se presentó oficialmente los resultados en Berlín, tarea que no le tocó a Schleicher -que se encontraba en Nueva York entregando los datos de todo el mundo- sino a Heino von Meyer, director del Centro de la OECD en Berlín.

En suma, los resultados no son como anunciaron algunos funcionarios de gobierno, por el contrario:

1) en lectura y en matemáticas, no ha habido progresos.

2) Por primera vez, los alumnos alemanes obtienen buenos resultados en ciencias naturales. Por primera vez, obtienen un resultado por sobre la media de los 30 países del OECD. A saber, el lugar 8, de treinta, que no está mal. Pero es poco, para un país que, en el pasado, se ha destacado por su capacidad científica y tecnológica.

Para colmo de males, sobre este punto, Andreas Schleicher había dicho que la mejoría se debía a la diferente formulación de las preguntas en la prueba, que resultaba más "familiar" a los alumnos alemanes.

Ergo, no habían mejorado efectivamente, sino que los había ayudado la formulación de las preguntas. Oh oh oh! Esto -como era de temerse- causó la ira de miss Schavan, de miss Wolff y de otros/as.

3) La situación de los "migrantes de segunda generación" o "hijos de migrantes", quienes están en una sitacuón tan mala, "como en ningún otro estado industrializado", dice el estudio.

Y continúa: los hijos de migrantes tienen un resultado académico (me permito traducir así Lernleistungen) de los hijos de migrantes es, en promedio, casi dos años y medio más inferior (más atrasado) que el de los otros niños.

Acabo de escuchar las palabras de Heino von Meyer y además, una corta entrevista en DLF y les cuento que dijo lo siguiente:

1) La selección entre uno de los tres sistemas de colegio es, en Alemania, muy temprana. Con 10 años, se decide el futuro (profesional) de los niños.

Esto habría que reformarlo. Personalmente estoy completamente de acuerdo y conozco pocos extranjeros que no se queden asombrados de que, en el s. 21, aún exista este sistema, que viene de la época de la emperatriz María Teresa.

2) La desmesurada influencia que tiene, en Alemania, el origen socio-económico de los alumnos.

3) Que la billetera de los padres decida acerca de las posibilidades de educación, como en ningún otro país industrializado, no es correcto. No estamos aquí frente a una igualdad real de oportunidades.

Pienso que, si bien los colegios, en Alemania, son "gratis", esto es, los pagamos todos con nuestros impuestos, los únicos que pueden pagar clases particulares (tan necesarias, ya que en los colegios, con su reducido horario matinal, no se alcanza a pasar toda la materia, ni a practicar, surgiendo déficits muy grandes que no se cubren, sino es recurriendo a las clases particulares) son los padres más pudientes, quienes, por otra parte, terminan en la ruina, pagando y pagando esta "ayuda", como se le llama en Alemania.

4) Que haya diferencias tan grandes entre uno y otro colegio, en cuanto a los resultados, esto también va en contra de la igualdad de oportunidades.

Hace un par de años, conversábamos con una conocida mía, experta en temas de educación y ella me aseguraba que en Alemania, todos los colegios eran iguales de buenos. Lo que yo ponía en duda. Entre el colegio del Eifel, donde vivía antes y el de la ciudad de Mehlem, no les miento si les digo que, en ramos como matemáticas e inglés, pude comprobar personalmente, una diferencia de entre uno y dos años.

El estudio Pisa me da la razón...

5) Si bien se han realizado reformas, en relación con los hijos de inmigrantes, hay que hacerse a la idea de que estos niños no son una exclepción, sino la regla.

En fin, después de los resultados del Estudio Pisa, supongo que en todos los países habrá habido un vivo debate; pero no sé si haya otro país que, después de apenas seis años de estudio PISA, haya amenazado con salirse de él, porque los resultados no le son favorables... Una triste muestra (más) de la incapacidad de nuestra clase política. Especialmente de estas dos demócrata cristianas.