Hoy se cumplen 75 años de la quema de los libros que iban contra el supuesto espíritu alemán, especialmente de autores... judíos.
Ernst Kramer (sobreviviente del holocausto, pasó una temporada en un campo de concentración y después logró emigrar a los EEUU) tiene un artículo muy bueno en Die Welt (me costó encontrar el link, llegué a él gracias a Perlentaucher): Der Hass kam aus den Universitäten = el odio venía de las universidades.
Nazi book burnings en Wikipedia en inglés y en alemán, Bücherverbrennung 1933 in Deutschland
De acuerdo a lo que nos cuenta Kramer, la quema esta no fue una acción organizada por los nacional socialistas, sino por los estudiantes universitarios (esto es, por quienes deberían ser la elite del país, nota del blog) y ofrecer resistencia a la opresión totalitaria.
En efecto, Kramer cuenta que la acción contra el espítitu no-alemán (Aktion wider den undeutschen Geist) era ya una cuestión decidida en el mes de abril por la Asociación del estudiantado alemán (Deutschen Studentenschaft, DSt) apoyada, por supuesto por la Alianza de estudiantes nacional socialistas (Nationalsozialistischen Deutschen Studentenbund, NSDStB).
En ella participaron, cuenta Kramer, no los obreros del Partido Obrero Nacional socialista, sino los estudiantes y muchos de sus profesores, quienes -estos últimos- aparecieron en las quemas vestidos con el talar universitario.
Parece que en cada quema, se decía algo, un discurso tipo justificación de por qué se enviaban los libros a la hoguera. Pero, en general, la mayoría de los autores cuyos libros se quemaban, eran judíos.
Para justificar las hogueras, se proclamó una lista de doce tesis (foto, de Wikipedia, con licencia para copiar, muchas gracias), Kramer cita dos: "nuestro principal adversario (yo traduciría más bien, por enemigo) es el judió y quién lo escucha" (1). Ah, como los llamados -por una blogósfera enfermiza- dhimi (lo que soy yo, según me han dicho...).
Otra tesis: "el judío puede sólo pensar como judío. Si escribe en alemán, miente" (2).
Kramer continúa: los bibliotecarios y el personal de las librerías colaboraron con gran celo en la recolección de libros de los que, según ellos, iban en contra del espírutu ario.
Cuenta que en Rostock (hoy, en el Landtag de Rostock han sido elegidos parlamentarios, tanto de la NPD = extrema derecha xenófoba, como de Partido de Izquierda = sucesor del partido único de la Zona de ocupación soviética) se erigió un Schandpfahl, esto es, uno de esos palos que se colocaban para quemar a alguien en otras épocas, no muy distantes y alrededor de ellos se apilaron los libros.
Cuenta que, a su casa, llegó un amigo de la familia, Josef, estudiante de teología (después fue vicario, no sé si católico o evangélico, pero cristiano) y les contó que cientos de estudiantes habian participado en la quema de los libros, realizada en la noche, en la Königsplatz, y que en la acción también habían participado profesores.
Josef se preguntaba: ¿dónde está Dios que permite esto? Yo le habría respondido a Josef (cayó después, nos cuenta Kramer, en el frente ruso, siendo ya vicario (=> ordenado) con las palabras de Joseph Ratzinger en Auschwitz: ¿dónde estaba el hombre que permitía esto?
Kramer recuerda la conversación que tuvieron esa noche con Josef, donde citaron las palabras de Hassan, de la obra Almansor de Heinrich Heine, refiriéndose a la quema del Corán: donde se empieza quemando libros, se acaba quemando personas.
Duras palabras, quien las puede oir...
Perdonen que sea tan insistente, pero no se olviden de ver El judío eterno
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(1) Unser gefährlichster Widersacher ist der Jude und der, der ihm hörig ist.
(2) Der Jude kann nur jüdisch denken. Schreibt er deutsch, lügt er.
(3) Wo man Bücher verbrennt, verbrennt man auch am Ende Menschen.
3 comentarios:
Hola Marta:
No tenía claridad acerca del lugar donde nació ese virus que afectó, incluso con la pérdida de sus vidas en algunos casos, a mis antepasados.
Cariños.
esta línea del antisemitismo en las uiversidades alemanas marta también la menciona carlos en los diarios de klemperer, que viene publicando en su blog.
sobre este succeso recuerdo las palabras de gunther grass, vigentes aunque el este hoy algo devaluado: el nacionalsocialismo fue un régimen que comenzó quemando libros y terminó quemando personas...
así es querido Hugo, qué fantástica la labor de Carlos (Historia, política y autores) con su traducción! realmente admirable!
(entre paréntesis, yo pienso traducir después estas 12 tesis, por interés histórico y para que la gente vea la cantidad de aberraciones que hubo en el origen del nacional socialismo),
Hugo, parece que la frase es de Heinrich Heine en realidad... y no de Grass, Günther Grass que en aquella época, no era TODAVÍA de la Waffen-SS, a la que ingresó más tarde...
Así es querido Estaben y podríamos seguir hablando del tema, porque lo que se quemó fue una parte importante de la cultura alemana y, en general, centro europea. Triste y terrible.
Mil gracias por los comentarios!
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