lunes, 2 de junio de 2008

La Telekom


La foto es de la escultura a la entrada del casino de la Telekom en Aachen, Aquisgrán o Aix-la-Chapelle, en francés. Es de Norbert Schnitzler y la tomé de Wikimedia

Hoy es el encuentro del Ministro del Interior con los jefes de las Cías. telefónicas que operan en Alemania, a propósito del escándalo de la Telekom, o mega escándalo, como se lo empieza a llamar: Alemania república bananera

Pero el ministro recibió muchas más declinaciones (a su amable invitación) que aceptaciones (Arcor, Vodafone y E-Plus, bien, también yo habría rechazado la invitación).

De manera que estarán sólo tres representantes de estas empresas. La Telekom y dos más (de asociaciones de empresas de menor tamaño). El resto, alcaró -con razón- que ellos no tienen nada que ver, que el problema es de la Telekom y tienen toda la razón.

Quien, sin una orden judicial dictada en el marco de una investigación por un delito grave (se habla en Alemania de casos de pornografía infantil, secuestro y terrorismo islámico, aparte de trata de blancas) analiza los datos de comunicaciones entre sus clientes, comete un delito. Y uno grave.

Más grave aún si quien comete este delito es precisamente la empresa de telecomunicaciones más grande del país. En ex-monopolista estatal y cuyo principal accionista es el estado.

Más grande si es una empresa que asegura -y la gente le cree- que sus comunicaciones son seguras.

Más grande todavía, si la empresa no sólo espía a los miembros de la junta directiva y algunos de sus gerentes, durante un periodos de varios años, sino también A PERIODISTAS.

Es más grave si una piensa que el Süddeuteche anunció en su edición del viernes pasado que incluso se habrían preparado perfiles de movimiento e incluso, movimiento de cuentas bancarias.

Es, en realidad, gravísimo.

La pérdida de confianza de los clientes en la Telekom es muy grande y, probablemente, perderá más clientes de lo que pueda soportar.

Los principales sospechosos de haber dado la orden de espiar son el famoso Klaus Zumwinkel y su antecesor Kai-Uwe Ricke.

La semana pasada -el mismo viernes- escuchaba una entrevista con uno de los periodistas cuya conexión telefónica había sido analizada (no, no se escucha, simplemente se analiza con quien habló). Dijo que el medio para el que trabaja, le había puesto una línea telefónica extra, no de la Telekom y que la Telekom no podía identificar como del diario. Que él no usaba teléfonos celulares de la Telekom y que su diario estaba en la lista negra de la Telekom desde hace años, lo que, indudablemente y a mi modo de ver, es sumamente poco ético.


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