El primer Amokläufer de Winnenden, los juegos de computación y los diferentes puntos de vista de FAZ y Welt

Hoy, como era de esperarse del FAZ, este diario conservador culpa de este Amoklauf y de los anteriores, a... a los juegos de computación.

Yo diría que, si te das cuenta que un niño adora las armas (de fuego o no), si se encierra dentro de sí mismo, si tiene problemas de autoestima origionados, dentro de la familia o en el colegio (ver La psicología del Amokläufer y Más imágenes del Amoklauf) y todos sabemos que los complejos de inferioridad se pueden disfrazar como complejos de superioridad... entonces...

... entonces no significa que el chico vaya a ser un Amokläufer, pero sí que tiene problemas y hay que considerar que todos los Amokläufer alemanes (antes del Amoklauf de Erfurt se decía en Alemania que "algo así pasa sólo en América") tienen estos problemas.

Es cierto que si un chico se lo pasa todo el día jugando juegos donde sólo hay que disparar (a diferencia de lo que suponen los conservadores de siempre, sólo en la minoría de los juegos, sólo hay que disparar) y en el que se ganan puntos por hacer algo que en la vida real es penado por la ley (supongo que todos han visto la película Inside Man), hay que pensar un poco en inculcar que juegue otros games o jugar con él.

Claro que, pídanle Uds. a una mamá alemana que juegue un juego de computación... Ver De mamás, de hijas y de mails, recordando el principio de derecho romano: quien no puede lo menos, no puede lo más (en original, a quien le está prohibido lo más, le está prohibido lo menos).

En el comentario de Die Welt hoy (portada), Matthias Kamman nos cuenta que en 1913, tuvo lugar otro Amoklauf, en Winnenden. Ernst Wagner se llamaba el Amokläufer de 1913 -quien, seguro, no había visto nunca una computadora- tenía 39 años -no todos los Amokläufer han sido niños-.

¡Era profesor! Mató a su sra. y a sus cuatro hijos. A continuación incendió el inmueble donde vivían y fue matando una a una -con arma de fuego- a las personas que salían del mismo, huyendo del fuego.

En suma, pienso que no podemos aceptar explicaciones baratas, ni las demonizaciones "de la violencia en internet" o de los juegos de computación o de no sé qué más (aquí nadie piensa en la funesta influencia de la televisión, porque los adultos de toda edad se lo pasan pegados al televisor), sino que hay que buscar las causas en otro lugar...

Como he dicho tantas veces (ver, por ej., Tema blogosférico del día: los fanáticos) no a la monocausalidad.